10 Feb Tejiendo conCiencia: artesanías al crochet con bolsas de plástico

El «temita» este del plástico es algo que me tiene traumada desde que entendí que es un derivado del petróleo y que éste, a su vez, está entrando en una fase de escasez definitiva. _Entendámoslo: una vez que se acabe no habrá marcha atrás, lo cual resulta lógico: si el «oro negro» es producto de millones de años de descomposición de restos fósiles y en algo más de 150 hemos usado todas las reservas, no podremos pretender hacernos de este recurso fácilmente una vez que hayamos usado la última gota.

Comprender estos procesos de manera completa hace darle el verdadero valor que tienen a las cosas y es por eso que hace ya tiempo veo cada envase de bebida, de shampoo, bandeja de comida, o lo que esté hecho con plástico y sea descartable,  como un despilfarro total. Más aún si, una vez usados, no se llevan para reciclar. El exponente número 1 del sinsentido del uso actual del plástico son  las bolsas de compras.

Sí, las mismas que te dan en el supermercado a rolete, las que te dan cada mediodía que salís a comprar tu almuerzo, las mismas que te meten hasta por las orejas por cada pavada que decidís llevarte. Está tan automatizado quien vende que debe darte una bolsa que, si te dignas a rechazarla, lo dejás descolocado, como si fuera una locura no quererla. En fin, qué suerte que a todo problema siempre hay solución y por eso toca contarles sobre Tejiendo conCiencia.

Este hermoso proyecto toma un saber hacer y lo une con la idea de rescatar las bolsas plásticas de su inmediato destino final, la basura. Así crean piezas coloridas, lindas, prácticas y resistentes a base de un material que existe a millones en nuestro entorno. Las manos hábiles/mentes creativas detrás son las biólogas Agustina Malizia y Carolina Monmany y la docente y tejedora Ester Albornoz.

Con Agustina charlamos mail va, mail viene: «Nos atrae la cestería y los bolsos, pero la idea de fijar o evitar que siga circulando el plástico creando bolsas o canastas con esas bolsas plásticas nos gusta porque es educativa también. Queremos llevar el mensaje de que las bolsas pueden alargar su vida útil mucho más de lo que «viven» actualmente, que a veces no pasa de los 20 minutos desde que te la entregan hasta que la tiras a la basura. El norte argentino está lleno de artesanos talentosísimos en el área de cestería y fábrica de bolsos con fibras vegetales así que es algo que siempre hemos visto y admirado. Nos encanta darle este toque diferente a la cestería tradicional«.

«Desde 1999 que nos graduamos de la universidad nos hemos dedicado al medio ambiente desde nuestras investigaciones en ecología pero en este proyecto, que nace en 2011, le damos un toque social a este cuidado y tratamos de llegar más a la gente. Particularmente la desesperación de ver acumularse tanto plástico en el ambiente nos llevó a unir la pasión del tejido con nuestra otra pasión, la ecología«, repasa la biológa devenida tejedora ambiental, valga el juego de palabras.

Es curioso pensar que estas talentosas mujeres toman las bolsas limpias, secas -preferentemente enteras y sin agujeros- y la convierten en un solo ovillo listo para tejer conciencia. No sólo es un material ecológico sino que también ofrece una «variedad de texturas y colores que cada vez nos emocionan más». Tanto las entusiasma que Agus dice «no sé si alguna vez podremos volver a tejer en lana o hilo tradicionales».

Así como es estimulante, el plástico también implica desafíos: «combinarlos con diferentes texturas y colores no se hace siempre fácil. También es más duro de tejer aunque algunos son casi tan suaves como los hilados tradicionales». Agustina cuenta que muchas tejedoras, sobre todo las tradicionales, no se animan fácil a esta propuesta porque creen que no va a ser placentero tejer plástico. Lo principal para ellas es «educar y hacer notar que algo que se descarta y se considera un desecho puede volverse un recurso, despejando así el paisaje de bolsas. Por eso dictamos un grupo de alumnas/os en un taller que damos en la Biblioteca Popular La Randa en Tucumán».

Canastos, carpetas, bolsas materos, llaveros, aros y hasta asientos, la creatividad y las ganas de ayudar al planeta no tienen techo. Sólo para graficar el beneficio de Tejiendo Conciencia hacia el medio ambiente valga decir: con la pieza más pequeña que realizan (un aro, por ejemplo) se recupera una sola bolsa chica.; con el más grande (un puff para sentarse) re-utlizaron 200 bolsas, contando solo las tejidas. Estas bellezas se pueden conseguir en ferias locales en la provincia argentina así como en tiendas de comercio justo en Puerto Rico.

Les dejo un video para que vean cómo se corta las bolsas para ovillarlas:

También pueden contactarlas en www.facebook.com/tejiendoconciencia