15 Oct Muebles y objetos de diseño hechos de cartón reciclado en Argentina

En un mundo en que todo llega a nuestras manos como producto terminado, solemos ignorar que cada cosa que compramos tiene una historia detrás. Recursos naturales, trabajo humano, energías de todo tipo han sido puestas en juego para, por ejemplo, que una caja cualquiera esté protegiendo y trasladando unas zapatillas cualquiera.  La importancia de no desechar ese objeto en primera instancia y de poder, cuanto menos, seguir haciéndolo circular para que su valor no se pierda  en un primer uso, es vital.

De eso se trata el post que nos convoca: de repensar materiales en pos de darles nuevos usos y, de esta manera, no perder todo su valor en un solo y vil acto de «comprar y tirar». Centrémonos en el cartón. ¿Cómo reaprovecharlo? Las opciones son tantas y tan lindas que habría que  preguntarse exactamente lo opuesto.

El cartón usado sigue siendo materia prima de gran calidad que sirve para hacer lámparas, juguetes, perchas y hasta muebles. Leíste bien: es que se puede trabajar fácilmente y convertirse en nuevas piezas claves en tu casa. Sin más, conozcamos tres emprendimientos muy originales que se encargan de crear diseño único y sustentable.

Empecemos con CARTONERAdesign, una idea de Almúdena Frutos Juárez  y Walter D. Orol. Ambos despuntan el amor por lo audiovisual y de eso trabajan hasta que las luces se apagan y las cámaras descansan, y ahí mismo empieza a despuntar su alma artesana y sustentable. En su taller nacen mesas de luz o ratonas, con cajones o sin ellos, escritorios y demás mobiliario con estilo algo retro y siempre juvenil. Bien resistentes y cero contaminantes.

Ella española, él argentino, entre ambos, llevan adelante este fino trabajo de unir planchas de cartón y volverlas tan resisitentes que soportan hasta 60 kilos siendo, al mismo tiempo, piezas livianas que son fáciles de transportar.

En la misma línea de construir muebles y objetos de diseño con cartón reciclado nos encontramos con Cartón Lleno, un proyecto que late cada día en el Taller de la Cooperativa del MTE (Movimiento de Trabajadores Excluidos). Cartón Lleno nació de las ganas de sumarle (más) valor al de por sí difícil arte de recuperar su propia materia prima de las calles.

Es decir, ¿por qué vender todo el cartón recolectado «en bruto» por poco dinero pudiendo reaprovecharlo sumándole diseño y buen gusto? Así fue que Ani (31) y Sergio Sánchez, presidente del MTE, dos de los precursores de Cartón Lleno se pusieron manos a la obra. Con el tiempo, lograron que dos diseñadores; Rodrigo Valdivielso y Santiago Doljanin, se sumaran al proyecto y comenzaran a dar talleres para profesionalizar más y más su trabajo. De esta manera muchos jovenes cartoneros están aprendiendo el oficio de tornear el cartón hasta volverlo elementos sorprendentes, por su belleza, utilidad y acabado. El resultado es deslumbrante, miren:

«La idea es que los jóvenes salgan de la calle y no tengan que cirujear», contó Ani a la revista Hecho en Buenos Aires.

¡Increíble todo lo que puede hacerse con cartón e ingenio! Percheros, lámparas, banquetas, escritorios pero, sin dudas, el que se lleva todos los aplausos es el longboard con cuerpo de cartón reusado! Como ellos mismos cuentan, «testeado diariamente por el genio del sistema y sus andanzas urbanas».

Aquí el detrás de escena de Cartón Lleno: trabajando, ideando, proyectando. ¡Unos ídolos!

Mientras maquinaba esta nota debo haber enviado alguna señal al universo porque un buen día abrí el mail y me había contactado Marcelo Gabriel Ghilardi, quien también encontró en los desechos de cartón una fuente de inspiración. Este hombre de «55 años – 3 hijos – 2 nietos», tal como se presentó, pudo sacar algo realmente bueno de sus largas y no tan felices horas de insomnio: sus Lámparas Wichi.

Cuando el sol brilla en lo alto Marcelo es un trabajador gastronómico: conos de pizza que le encargan por internet. «Después de cenar no quería volver a la oficina pero el sueño no venía… entonces encontré un tubo donde venían unos insumos y pensé en tratar de convertirlos en otra cosa. Siempre fui hábil y me gustaron las artesanías. Así que comencé a probar cortes… lijado… terminaciones, etc… hasta que dí con mi primera lámpara», relata el ahora emprendedor sustentable.

La creatividad siguió fluyendo y hubo que conseguir más tubos, que distintos amigos le fueron proveyendo más otros que consiguió en una fábrica. El resto, está a la vista:

«Así fue como pude reciclar de la tragedia  a la alegría de hacer algo artesanal con un toque de arte,» concluye.

Como ven, el mundo de la mal llamada basura no deja de darnos pruebas de que muy poco de lo que dejamos de usar realmente pierde valor. Vos, ¿qué reutilizaste últimamente? 😉

 

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