23 Abr Palo Santo: conocé el primer hotel ecológico de Buenos Aires

Siempre es una gran noticia que la industria del turismo sume propuestas para quienes queramos ser viajeros responsables. Así como hace un tiempo les conté de un hotel de construcción natural en pleno cerro soñado de Tafí del Valle, esta vez me toca contarles de Palo Santo, el primer hotel urbano sustentable de Latinoamérica ubicado en Palermo.

Inaugurado hace meses, Palo Santo se diferencia de la gran oferta hotelera porteña por su concepto ecológico, algo que no se trasluce fácilmente en la estética que, a simple vista, impacta como un espacio de lujo sencillo, si es que tal contradicción puede convivir. Los espacios tienen líneas simples y están hechos de materiales nobles que, si bien en su extracción no resultan sustentables (como el mármol y el acero), compensan con la durabilidad sus «pecados de origen». Las maderas, en tanto, son certificadas en su procedencia.

Aberturas herméticas que hacen de las habitaciones un oasis de silencio y de aire fresco gracias al purificador que oxigena el ambiente. Que se esmeren en el uso racional del agua y la energía es también clave en esta gestión eco. Me interesa como dato, por lo original, que cuenten con ascensores y aires acondicionados VRV con sistema Inverter, ambos son los de menor consumo eléctrico del mercado. En cuanto al agua, éstas medidas me parecieron muy buenas y dignas de ser imitas por otros hoteles:

• Recuperan el agua de lluvia.
• Usan inodoros eficientes con sistema de doble descarga.
• Disponen de medios de absorción de agua de lluvia para minimizar la carga al sistema pluvial.
• Utilizan riego por goteo.

Ésas son sólo algunas de las características de construcción a las que Palo Santo suscribió siguiendo la norma LEED (Leadership in Energy and Environmental Design). Pero, sin dudas,  una de las figuras que en un tiempito, cuando la primavera las haga crecer, serán una de las más atractivas de este edificio serán los jardines verticales en la fachada y en el patio. 

Como les contaba, en los muros, fachadas y balcones de Palo Santo hay 800 plantas de crecimiento permanente que absorben CO2: jazmines azóricos, olea texanum, vincas, ampelopsis, phormium marginata alba, agapanthus y varios jacarandás. Así ayudan a compensar la huella ecológica que la actividad propia del anfitrión y huéspedes genera. De paso, dan un respiro real y otro visual en medio del cemento. Además ayudan a aislar tanto el frío como el calor, reducen el viento y absorben el agua. Contribuyen así a un considerable ahorro de energía y a la consecuente disminución de emisiones que conlleva la reducción del uso.

En cuanto a los residuos, lógicamente, se separa reciclables de basura y ahora Palo Santo decidió, para mejorar el círculo virtuoso, que una cooperativa de recuperadores urbanos recojan el material. Practican Consumo Responsable cuidando quiénes son sus proveedores y puedan privilegiar cooperativas sobre grandes empresas y suma que sepan elegir, por ejemplo, los productos de limpieza más biodegradables y no contaminantes posibles. Imagino si todos los hoteles de Buenos Aires nada más siguieran estos pequeños pasos hacia una gestión más eco, cuánta huella positiva se sumaría, ¿no?.

La movilidad sustentable va bien en esta zona de Capital donde las bicisendas abundan y, por ello, el sistema de tomar una bici Borrow a bike del hotel es una buena manera de salir a recorrer y conocer.

Luego de recorrer el hotel la verdad que me fuí muy contenta de pensar que en Palermo hay ahora dos opciones bien distintas para ser viajero reduciendo el impacto sobre el planeta: una es Palo Santo y la otra el hostel Eco Pampa. ¡Y ojalá que cada vez sean más!

Contactá a Palo Santo Hotel:

https://www.palosantohotel.com/

https://www.facebook.com/PaloSantoHotel

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