Escribí esta nota por primera vez cuando se hizo la presentación del libro Envenenados en 2014. En ese entonces casi no se hablaba de las consecuencias de los agroquímicos usados en la producción agrícola. Recuerdo escuchar las historias de este libro de Patricio Eleisegui con una mezcla de indignación y sorpresa. El problema era mucho más grande de lo que yo intuía.
Pasaron años desde entonces. Aunque la información sobre los agroquímicos y sus consecuencias ha llegado a oídos de más y más ciudadanos, esto no es suficiente para que el grueso de los productores -desde los más grandes a los más pequeños- abandonen su uso. Menos aún para que gobiernos tomen medidas que limiten su uso y cuiden la salud de todxs.
Aún hay productores que se empeñan en discutir que los agroquímicos son inocuos y que sus consecuencias en la salud son sólo efecto de malas prácticas. Todavía hay quienes juran que este modelo de producción de alimentos es el único que puede cubrir las necesidades de una población mundial en aumento constante. Gobernantes y empresarios miran para otro lado mientras en las provincias la implementación de combos químicos enferma a más generaciones.
Por todo esto es que estos pasajes del libro Envenenados, una bomba química nos extermina en silencio deben seguir circulando. Esta investigación del periodista Patricio Eleisegui repasa algunos de los casos más graves de contaminación por agroquímicos. Lxs invito a leer alguno de los más emblemáticos.
Agroquímicos consecuencias: “El Caso Ituzaingó”
“Esto empieza a fines de 2001, cuando muere mi hija recién nacida por una malformación en el riñón. Para esa fecha ya tenía en la misma cuadra hasta 6 mamás que habíamos perdido algún hijo. Como uno no se resigna a la pérdida de un hijo, empecé a preguntar casa por casa porque pensé que ahí había algo que nos estaba enfermando”, detalló (Sofía) Gatica” -NdelaR: ella vivió en un barrio cordobés que, tras su investigación, logró que la Justicia dicte la primera sentencia firme sobre restricciones a las fumigaciones cerca de las zonas residenciales-.
La recolección de testimonios efectuada por la vecina de Ituzaingó expondrá la existencia de más de 300 casos de cáncer distribuidos entre sus 5.000 habitantes.
El endosulfan es uno de los tantos químicos que tiraban en los campos de soja que están pegados al barrio. El Gobierno Provincial, entonces, decide cortarnos el agua porque está contaminada con agroquímicos”.
Agroquímicos consecuencias: veneno en la leche materna
El nuevo monitoreo de INTI-Lácteos se realizó sobre una base de 105 madres del conurbano bonaerense en período de lactancia, 50 de ellas domiciliadas en Vicente López y las restantes 55 pertenecientes al municipio de Morón. Las instituciones sanitarias que tomaron parte del relevamiento fueron el Hospital Materno Infantil Santa Rosa (Florida, Vicente López) y el Hospital Posadas (El Palomar).
A lo largo del estudio se analizaron 25 pesticidas en las 105 muestras de leche materna obtenidas y, los resultados fueron contundentes: 16 madres evidenciaron residuos de ppDDE y endosulfan, mientras que 14 exhibieron concentraciones sólo de ppDDE y 4 únicamente de endosulfan.
El ppDDE es una degradación biológica del DDT, por lo tanto sus rastros revelan la exposición de las mujeres al producto”, precisa el trabajo.
(…) En las salas de Vicente López y Haedo es donde se observó una tasa de prevalencia del orden del 15 por ciento. Para establecer este dato se compararon las muestras con los valores establecidos en el Código Alimentario Argentino para la leche fluida y hallamos una concentración de un 15% de plaguicida de la recomendada”, declaró la científica (Patricia Gatti).
En paralelo, Gatti sostuvo que, respecto de los efectos de los plaguicidas en la evolución de los lactantes, “no podemos establecer si puede ocasionar algún daño a largo plazo y depende del nivel de la ingesta pero lo que es seguro es que no es recomendable. La bibliografía médica reporta los daños a la salud que ocasiona su ingesta. También que la presencia de estos compuestos ejerce un efecto negativo sobre las características nutricionales de la leche”.
Artículo relacionado: Agroecológico y orgánico: 2 definiciones y diferencias
Agroquímicos consecuencias: muerte de abejas
“Fernando Esteban es perito apicultor, técnico superior en Bromatología y, desde hace veintitrés años, director de la principal publicación especializada en el mundo de las abejas: Espacio Apícola.
(…) Esteban destacó la disminución de la actividad apícola de 2005 a esta parte por efecto de variables como la expansión de la frontera agropecuaria, la reducción de masas forestales y espacios verdes, y la aplicación de pesticidas que, aunque esparcidos para combatir otros insectos, eliminan a la abeja.
Pregunta: Si bien ya aportó algunas precisiones, ¿podría ahondar en los factores que hoy complican a la apicultura?
FE: Hay varios factores. En primer lugar, el modo en que se implementa el sistema de siembra directa con barbecho químico implica la destrucción masiva y sistemática del ecosistema original para la implantación de lo que se ha dado en llamar un “agrosistema”. Esto último es una falacia absoluta pues un sistema involucra un tejido de diferentes actores, y lo que aquí se ha impuesto es un mero monocultivo cuya tecnología de implantación destruye cualquier otra actividad de fotosínteis durante el invierno. En un ámbito en el que la tierra permanece desnuda al sol durante más de 8 meses, sin vegetación alguna, la abeja no puede vivir. Esto lo provocan herbicidas totales como el glifosato o el 2,4D”.
PE: Ahora que lo menciona al glifosato, al 2,4D ¿qué efecto tienen estos y otros productos similares sobre las abejas?
FE: La mayoría de los llamados fitosanitarios son altamente tóxicos para las abejas en sus distintas formas de aplicación. Cuando se fumiga con insecticidas mediante un avión o un vehículo terrestre como el mosquito, la abeja es atacada en forma directa con la aplicación. (…)
Pero no todo queda en la acción directa. Si lo único que sucediese fuese la mortandad de las abejas al momento de la fumigación en el campo, eso provocaría un daño permanente pero no catastrófico. Lo grave de muchas fumigaciones es que, además de su efecto inmediato y su efecto residual, está el tiempo que el producto demora en matar al insecto.
Esto último depende del producto y de la dosis que alcanzó la abeja. El punto es que, como la abeja es un insecto social y vive en una colonia con hasta 80.000 individuos, cuando llega contaminada a la colmena muere ahí mismo y contamina a los demás individuos, tanto adultos como crías. Eso provoca el colapso de la colmena.
Así como se lleva un canario al fondo de una mina y su muerte delata el bajo nivel de oxígeno en ese sitio, la imposibilidad de la abeja de sobrevivir en un hábitat es el anuncio de la situación crítica en la que se encuentra ese ecosistema y, por supuesto, el hombre que lo habita”.
Artículo relacionado: 3 datos sobre la importancia de las abejas
Agrotóxico, la saga de Envenenados continúa
En 2019 se publicó el segundo libro de Eleisegui sobre el tema, Agrotóxico. En él sigue el derrotero de los agroquímicos y sus consecuencias en Argentina, porque desde la aparición de Envenenados poco cambió en la realidad del campo argentino.
De hecho, en nuestro país no existe un solo producto de la tierra de forma intensiva que se elabore sin la utilización de plaguicidas.
En este nuevo libro se devela el rol del Estado en el desarrollo de biotecnología aplicada al agro hasta el direccionamiento de la investigación de entidades públicas, como las universidades nacionales, hacia la demanda de los privados.
¿Cuál es la apuesta de Bayer-Monsanto en Argentina? ¿Qué opina el segmento gubernamental de la catástrofe ambiental derivada del uso de pesticidas que tiene lugar en las principales provincias agrícolas? Son sólo un par de los interrogantes que el periodista ahonda en esta investigación publicada por Editorial Sudestada.
Pueden seguir a Envenenados en Facebook o seguir en Patricio Eleisegui en Twitter
Todas las citas previas pertenecen al libro “Envenenados, una bomba química nos extermina en silencio”, de Patricio Eleisegui, Editorial WuWei, Buenos Aires, 2014.
Fuentes fotografías: foto abeja, foto principal El Puercoespín, foto Sofía Gatica de Perfil.com