Julia Butterfly Hill, 1 defensora de la naturaleza

Julia Butterfly Hill, 1 defensora de la naturaleza
Julia Butterfly Hill, 1 defensora de la naturaleza

A mis 17 años leí una nota en la revista Rolling Stone sobre Julia Butterfly Hill. Su historia me conmovió profundamente. Hablaba sobre una chica estadounidense que había vivido en la copa de una secuoya, a 60 metros de altura.

Tenía una razón poderosa para hacer tal cosa: impedir que una compañía maderera derribara a éste y otros árboles milenarios que había en el Condado de Humboldt, California.

Julia Butterfly Hill

Original de la nota publicada en 1999 en Rolling Stone

La foto de esa veinteañera abrazando al árbol, para mí, era todo un símbolo de compromiso con la Madre Tierra. Su imagen estuvo mucho tiempo colgada en mi habitación, y siempre la guardé porque la consideré un estandarte de todo en lo que creía. Hasta el día de hoy, 12 años después, tengo la nota conmigo y me ayuda a ilustrar esta nota.

Julia Butterfly Hill

Original, Rolling Stone, 1999

Esa chica que estuvo 738 días compartiendo su vida con Luna, la secuoya milenaria, cuando la entrevisté en 2012 tenía 37 años. Por estas maravillas del ciberespacio hace poco encontré su página en Facebook y la contacté.

En esta entrada leen algunos pensamientos exclusivos que Julia compartió con Alternativa Verde a pesar de su ocupada agenda.

La historia de Julia Butterfly Hill y la secuoya Luna

La historia de Julia -ex modelo y ex gerente de restaurante- es la de una persona que hizo dejó un manifiesto indeleble al estar viviendo en ese árbol de madera rojiza. Así lograr llamar la atención sobre el peligro en el que se encontraban los bosques de esa zona en la que vivía.

Las prensas estadounidense y mundial tuvieron que escuchar su protesta y así Julia se convirtió en una referente del movimiento ecologista, aún sin habérselo propuesto.

Julia Butterfly Hill

Vivió en una superficie de 2,50 x 2,50 metros que pendía a la altura de un décimo quinto piso.

Soportó, también, fuertes ráfagas de viento que mecieron las ramas de la secuoya. La Corriente del Niño y las nevadas tupidas de los inviernos fueron pruebas difíciles que Julia Butterfly Hill soportó sin chistar.

Por supuesto que tampoco faltaron los intentos de la empresa maderera por hacerla desistir en su misión. Hasta llegaron al punto de montar guardias para impedir que la gente del movimiento ecologista le alcanzara alimentos.

Artículo relacionado: La megaminería contada en primera persona 

El trabajo de Julia Butterfly Hill

Cuando bajó nuevamente al mundo después de dos años, en diciembre de 1999, su misión por difundir un mensaje de conciencia ambiental recién había empezado.

Desde entonces ha dado conferencias y charlas a audiencias de todos los tamaños y en todas las latitudes, ha escrito El legado de Luna se convirtió en un bestseller  traducido a 11 idiomas. También publicó su manual ecológico “Uno hace la diferencia”.

También ha co- fundado la Red Compromiso Engage Network) y está detrás del proyecto Cuál es tu árbol (What’s Your Tree.)

Julia Butterfly Hill

Julia ha contado su historia una y otra vez. Ya son millones las personas quienes -como yo hace tantos años- nos hemos sentido inspiradas a actuar en nuestra propia comunidad gracias a su ejemplo.

Desde su web pregona: “No importa las diferentes creencias que tengamos, todos sabemos que vivimos en un mundo lleno de problemas. Sin embargo, el mayor problema es que la mayoría de nosotros no se da cuenta que también vivimos en un mundo lleno de soluciones”.

Esta defensora de la naturaleza es la encargada de brindar recursos, información y de motivar a la acción. Ése es su trabajo. Por eso sostiene que “cada uno debe entender que es más poderoso de lo que puede imaginar, que cada pensamiento, palabra y acción que tenga marca una diferencia. Vivir con compromiso y visión, en función del mundo y nuestra familia planetaria, no sólo hace la diferencia sino que también crea una vida más alegre y placentera”.

Julia en exclusiva para Alternativa

Julia Butterfly Hill

Tapa del último libro de Julia

Alternativa Verde: Desde la época que viviste en el árbol hasta ahora, ¿sentís que la conciencia ambiental en las personas ha crecido o que sigue estancada?

Julia: Veo más y más personas despertando y viendo cómo sus decisiones, sus acciones, sus vidas en sí, crean una gran diferencia en el mundo. Al mismo tiempo, continúo viendo muchas personas con su mentalidad y su corazón cerrados. Lo que sé efectivamente es que no podemos controlar el mundo, no podemos forzar los resultados que deseamos ver. Todo lo que podemos hacer es mirar nuestras propias vidas y preguntarnos cómo podemos lograr hacer de la mejor manera esa diferencia positiva en nuestras vidas cotidianas y cómo aportar al movimiento global por el cambio.

AV: ¿Qué opinión te merece el trabajo de los gobiernos en las problemáticas ecológicas a nivel mundial? ¿Puede el poder político limitar los intereses corporativos que amenazan el medio ambiente?

JBH: La mayoría de los gobiernos del mundo están altamente corrompidos por el poder y el dinero. No creo en esperar que los gobiernos hagan lo correcto. Siento que cuanto más cambiemos nuestras vidas y hábitos y cuanto más tomemos acciones directas (como las que vemos pasando en todo el mundo con la Primavera árabe o el Movimiento Occupy), más nuestros gobiernos y corporaciones se verán obligados a cambiar su conducta.

AV: ¿Ves una solución realmente posible a los problemas medioambientales que sufrimos? ¿Cuáles serían?

JBH: La mayor solución que tenemos para todos nuestros problemas ambientales es mirar la Enfermedad de la Desconexión que hay en nuestros corazones y mentes. Cada problema que hay en el mundo es un síntoma de esa enfermedad.

Cuando estamos desconectados del planeta, podemos ensuciarlo y destruirlo, y hacer esto sin darnos cuenta que nos lo estamos haciendo a nosotros mismos y a las generaciones futuras.

Cuando estamos desconectados del prójimo podemos ser violentos y abusivos con ellos y no darnos cuenta que estamos dañando nuestras propias almas. La solución para cada problema es, primero, mirarnos a nosotros mismos y empezar a sanar esa enfermedad de desconexión que hay dentro nuestro. Luego, hay que desparramar este mismo trabajo hacia fuera, hacia los demás. Desde la tierra, hacia arriba y hacia adentro, luego hacia afuera, esa es la verdadera manera de hacer la diferencia.

Somos los ancestros del futuro. ¿Cuál quieres que sea tu legado?