12 Oct Mujeres, líderes del mundo sustentable
Esto que voy a decir no tiene ningún aval científico. No les traigo cuadros estadísticos con números irrefutables. Es una realidad de la que nunca me había percatado y que, de golpe, me pareció tan evidente: en el mundo de la sustentabilidad las mujeres somos mayoría abrumadora.
Esto no es una competencia. Puedo citar muchos hombres que desarrollan ideas verdes. Más, al final del día, seguimos siendo más nosotras: más periodistas, blogueras, diseñadoras, expertas en “residuo cero” o llevando una alimentación natural… ¿Por qué será que somos precursoras? ¿Existe un factor determinante para que esto sea así?
Lo conversaba el otro día con Mariana de Cualquier cosita es cariño. Ella decía algo que también yo siento “A las mujeres nos han enseñado que está bien ser sensibles y preocuparnos por el bienestar de los demás. A los hombres muy poco… ser sensible es mal visto para ellos, culturalmente”, sostiene.
“Con temas de sostenibilidad hablamos del cuidado de la casa común (planeta) y la casa individual (nuestros deptos, casas, etc) por temas de alimentación, aseo, cuidado personal… y esos son temas que tradicionalmente se han visto como femeninos“.
Parece lógico que este sea un lugar de acción donde nosotras seamos las de riendas tomar por ser en nosotras en quienes, por lo general, recaen estos trabajos –forzosamente muchas veces. Si sólo fuera por ello nos quedaríamos cortos, ¿no? Allí es donde la empatía tiene mucho que ver.
No se puede cuidar aquello que no se ama y si no se puede sentir compasión difícilmente se pueda buscar proteger o procurar un futuro a otros. Esto nos daría una ventaja desde la cual darle una primera aproximación al asunto aunque podría ser un poco sesgado.
Creo en el poder de la naturaleza y en el poder femenino y que están intrínsecamente relacionados. Hay una sabiduría en ambos que ha permanecido sometida gran parte de la historia. En estos últimos años ambos están reclamando su lugar y no creo que sea casual.
Me permito situar a la lógica capitalista en las antípodas de estas fuerzas. Lógica que privilegia a los varones para detentar el poder sin cuestionamientos y les inculca una forma de ver el mundo como reservorio inagotable de recursos y a las mujeres como un complemento débil.
Este paradigma se ha puesto vetusto. Es difícil hacerles entender a muchos (¡hola, Trump!) que hoy ese esquema mercantil no corre más, que su modelo de sociedad se está resquebrajando y que el futuro tiene que dejarla atrás si quiere tener alguna chance.
A ese pequeño pero aún poderoso grupo que aún piensa los negocios (y la política) con una mentalidad de lucro y concentración se le hace casi imposible replantearse las reglas del juego. Se le hace difícil pensar en generar trabajo digno, inclusivo dando soluciones a problemáticas ambientales a la vez. No reconoce tampoco que no todo está a su entera disposición.
Me permito preguntarme: ¿Será que nuestra inteligencia y sentimiento, que subestimaron y quisieron relegar por siglos, tienen las respuestas más adecuadas a un sistema que nos trajo directo al colapso? (¿o será que siempre las tuvimos?)
Sin querer animar rivalidades ni enarbolar verdades absolutas, me permito reflexionar con ustedes en voz alta. Es hora de aunar fuerzas sin olvidar que es clave que se escuche, de lugar e incentive a las nuevas ideas y que los procesos en marcha se redefinan, se mejoren y se reintrepreten en clave sostenible.
Por sobre todo, es momento de aprovechar la riqueza que nace de la diversidad (de culturas, de género, de generaciones, de creencias) a favor de dar las mejores respuestas frente a un futuro y a un planeta que nos necesitan como nunca antes.
Estos son mis pensamientos aleatorios al pensar en todas esas maravillosas colegas mujeres haciendo, creando y ganando batallas. Ustedes, ¿creen que las mujeres somos más en este ámbito? ¿y por qué creen que ocurre? El debate está abierto.
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