13 Ago Más de 10 cosas que ya no están en mi lista de compras
Una fase de mi vida en la que noto que ingresé hace ya unos años es la de no sentir necesidad de/prescindir/reemplazar el uso de muchos productos. Es lógico porque al cuestionar la sociedad de consumo se llega a reducir y ahorrar con la mayor naturalidad ¡y no se siente ninguna privación al hacerlo!
Esta forma de vivir sustentable va pasando por diferentes experiencias y etapas. En mi caso, de chica me preocupaba por los animales y decía que iba a ser veterinaria porque creía que era la mejor manera de ayudarlos. Después me fui acercando al tema de los residuos y se me dio por levantar los que encontraba tirados en lugares públicos (como parques y playas).
En lo que fue la triste crisis de 2.001 pude comenzar a darles un buen fin a mis residuos a través de los recuperadores urbanos. Cuando pude tener mis propias plantas pronto necesité probar tener una pequeña huerta y al tiempo comencé a hacer compost… y así en mis 35 años mi convicción en un modo de vida realmente sostenible sigue siempre buscando nuevos desafíos.
Reflexionando sobre esto quería compartirles cuáles son esas cosas que ya no compro (con ello evito el uso de recursos, la generación de basura y ahorro unos pesos).
Productos de higiene y cosmética
Hisopos
Hace años que no uso. Son absolutamente innecesarios y está sabido que no hacen nada bien al oído así que fue de lo primero que desapareció del botiquín.
Toallas femeninas
Desde hace dos años soy feliz usuaria de la copa menstrual y con ello estos adminículos son algo del pasado. La copa es de las mejores soluciones sustentables para nosotras que conozco.
Algodón
El último paquete me duró un año porque lo usaba para pasarme una loción limpiadora en el rostro. A lo último, reutilizaba el copo porque en una pasada no estaba malo como para desecharlo. Ahora que ya se terminó, no pienso comprar más. Lo reemplazaré por mi propia almohadilla de algodón reutilizable -consejo de mis colegas de Hola Eco-.
En transición
Todo es a prueba y error hasta encontrar lo más adecuado para cada uno. Mis últimos potes de crema están a medio usar (hace más de un año que los tengo) y los alterno con un nuevo jabón artesanal a base de aceite de oliva. Me resulta muy bueno y los voy complementando con cremas artesanales que serán mis nuevas aliadas en el ciudado de la piel. Así intentaré quitar las sustancias químicas que suelen tener las grandes marcas y le digo hola a lo natural hecho en menor escala.
Banditas para el pelo
Uf, hace muuucho tiempo no compro ni una sola. Desde que descubrí que las medias de nylon eran una materia prima ideal para este fin, me consigo alguna rota, la corto en tiras y tengo bandas para rato ¡cero gasto!
Productos de limpieza
Suavizantes de ropa, desodorantes de ambiente en aerosol, aprestos para la ropa.
Por el momento uso lo mínimo: detergente, jabón para la ropa y un limpiador líquido. También me queda un lustra mueble. En este aspecto también cuando se terminen los productos, aplicaré fórmulas caseras.
Macetas y plantas
Salvo por un par que me han regalado –nuevas y usadas-, jamás compré ninguna maceta. Me las apaño reutilizando viejos bidones de agua y algún cajón. En cuanto a las plantitas, no hay nada de malo en comprar alguna de vez en cuando pero en el último tiempo conseguí gajos o semillas, de regalo o recuperados de un final inminente, y así fuí nutriendo el alfeizar.
Papelería
Resmas de papel
Como trabajo de manera digital no tengo necesidad de andar imprimiendo. Al momento de tomar apuntes y bajar ideas tengo unos cuadernos y anotadores que me duran mucho. Así que los uso sin prisa, sin comprar nuevos porque sí y evitando acumular. Para los recordatorios y notas al paso, cualquier hoja que pueda reutilizar es bienvenida.
Pañuelos y servilletas de papel – Rollos de cocina
Los pañuelos los uso de tela y las servilletas sólo las tengo para reuniones y cumpleaños. Para reemplazar el rollo de cocina, cuando hago alguna fritura reutilizo algún papel que antes sirviera de envoltorio para algún comestible y que esté en buenas condiciones. Un viejo truco de mi mamá.
¿Cajas para archivar? ¿Para qué nuevas? Con alguna usada que se pueda forrar sirve igual. ¿Bolsas? Sólo reutilizables, gracias.
Adornos
Como reducir se va volviendo un estilo en sí mismo, menos es más de tal modo que para adornar casi no uso presupuesto. Compro cuando algo cuando es realmente necesario o muy bonito y no me puedo resistir–no hay que privarse de los gustos tampoco-. Lo que sí aplico es evitar comprar adornos de plástico siempre que pueda.
Siempre eché mano a lo reutilizado o rescatado, cosas que con una capa de pintura o un toque personal funcionaran para los espacios que quiero personalizar.
Agua embotellada
Hace unos meses nos llegó un truco para quitarle al agua de grifo el olor fuerte a cloro que en Buenos Aires es muy notorio y desagradable. Se llena una jarra y se la deja unas 12 horas reposando, se la revuelve y listo. Lo cierto es que la que viene embotellada no es necesariamente más sana que la que llega a nuestras casas por la red. Así que ahora ya no gasto en comprar la mineral o potabilizada y, de paso, ¡chau al plástico de las botellas!
Se me ocurren unas cuantos ítems más que ya son prescindibles para mi porque realmente no encuentro satisfacción en ellos ni los veo necesarios. ¿Vos cuáles agregarías?
sabrina venturini
Publicado 12:36h, 01 marzoExcelente! voy a implemetar algunas de tus sugerencias!
Meri Castro
Publicado 19:41h, 01 marzo¡Qué bueno, Sabrina! Si se te ocurre alguna más, no dejes de contarme.