26 Abr Conocé la tienda que apuesta por el consumo responsable de artesanías argentinas
La tienda de arte Inka en pleno Belgrano y no me pude resistir. Desde el vamos me gustó que se definieran como un proyecto “social, cultural y sustentable” y hacia allí fui a comprobar por mi misma la propuesta de este local donde las artesanías de las diferentes regiones de nuestro país son el leitmotiv.
Lo mejor de todo fue la linda sorpresa que me llevé porque al entrar sentís que te zambullís en un universo cálido, colorido y acogedor. Un universo donde diferentes texturas te envuelven en un remanso visual. Hay cerámicas, mimbres, lanas, maderas, metales, fieltros. Los sentidos danzan entre formas, entramados y toda clase de criaturas que habitan cada estante, mostrándonos otra forma de relacionarnos con las cosas. Inka Tienda se vuelve un ejemplo de coherencia contundente para quienes quieren ser consumidores responsables en Buenos Aires. Cada objeto expuesto cuenta con sus detalles su propia historia, mantiene vivo un quehacer único, aprovecha un material autóctono y hace visible una cosmovisión particular. Eso se lo que dentro de esas cuatro paredes se vuelve posible: el inconmensurable valor de las culturas en acción que, así, logran contarse y mantenerse vivas.
Karina Frank e Ingrid Koch son las dueñas de este espacio ubicado en Luis María Campos 881/3 donde el arte y el diseño de pueblos originarios, fundaciones, cooperativas, ONGs y artesanos en general encuentran una vidriera privilegiada. Además, Inka pone un valor agregado a su propuesta corriendo del centro lo mercantil y poniendo en foco el costado social de los proyectos. No sólo venden productos que ayudan a que los artesanos tengan ingresos y puedan seguir trabajando desde su lugar sino que además hacen visible el saber hacer y la cultura de los artesanos, algo que tantísimas veces queda olvidado. Para lograrlo periódicamente vienen los colectivos de artistas del país a compartir sus técnicas y contar su saber legendario aquí a Buenos Aires. Generando estos encuentros, el artesano recobra su valor crucial. Prontito, en mayo, vendrá la Red Puna (entérate de todo siguiendo su fanpage).
Apoyando lo artesanal Inka apuesta a trabajadores que no temen demorarse para crear piezas únicas e irrepetibles. “No se trata de comprar en masa algo hecho en una fábrica en China por unas monedas. Creemos en pagar un precio justo a quien ofrece una pieza que está hecha para durar y que transmite una cultura”, aclara Ingrid mientras nos tomamos unos mates. “En el shopping se pagan precios exorbitantes por cosas que son una farsa”, completa Karina.
“Acá conseguís tejidos con fibras naturales, lámparas hechas con mimbres o diseños con fibras como el chaguar, todos materiales que son autóctonos de donde vive el artesano quien, además, trabaja conservando el equilibrio con su entorno al igual que sus antepasados. Nosotras los vendemos logrando que sea redituable para todos los que participamos de la cadena de comercialización.” Estas socias formaron parte del Mercado de Industrias Culturales Argentinas (MICA). Gracias a ello viajaron por el país y conocieron todo lo bueno que se logra uniendo las técnicas y artes de los pueblos originarios con un poco de capacitación enfocada al mercado.
Los pueblos originarios y su saber hacer
“Los aborígenes viven una realidad muy distinta a la nuestra por eso el uso que le dan a los objetos es otro. Por caso, éstas carteras que hoy vendemos vienen de un tipo de tejido que originalmente a la comunidad wichi le servía para guardar los frutos que recolectaban y también como red de pesca. Con el tiempo, se empezaron a hacer para vender en el mercado. Al principio las artesanas las hacían sin forro por dentro y sin bolsillos (estuvieron de moda en los años 70) puesto que los artesanos no veían utilidad en ello al vivir en un lugar natural”.
“Las capacitaciones sirvieron para que las artesanas wichis adapten sus diseños a los usos urbanos y así logren vender más y mejor. Mantener la esencia adaptándose a lo que el consumidor quiere siempre es un ejercicio que va encontrando sus límites: el color violeta puede estar de moda pero aplicarlo a diseños wichis ¿sería lógico siendo que ellos usan tintes naturales para teñir?”, cuenta Ingrid. Todos estas historias y debates están detrás de cada producto que ofrecen. Inka es el último eslabón de una cadena a la que le interesa quiénes están detrás de cada artículo y que aboga por lograr a través del comercio que todo el entramado social crezca y mejore. Me encantó lo que Ingrid y Karina me contaron sobre las artesanas de la Red Puna que trabajan con lana de llama. Imagínense que los primeros pares de guantes que hacían podían no salir exactos porque, bueno, haciendo algo “a ojo” puede ocurrir. Con la debida instrucción, la Red ha dejado de lado estos problemas amateurs y ha profesionalizado su producción a tal punto que tienen su propio local en Tilcara.
Un caso similar es el de las 60 hilanderas del Proyecto Estepa de la Patagonia que además de ser una hermosa organización de trabajo son el claro ejemplo de cómo el artesano es el guardián de un saber íntimamente ligado al respeto por la naturaleza. Las hilanderas trabajan con lana de guanaco, animales que son silvestres –es decir, son de la comunidad toda pero de nadie en particular-. Para esquilar a los guanacos ellas tienen bien presente que no deben cortar la lana del pecho aunque es la de mejor calidad. El motivo es que con ella los animales regulan la temperatura y si se lo cortan, pueden morir. Ésa clase de convivencia en armonía entre el entorno y los humanos es un patrimonio que todos deberíamos cuidar.
Así fue que, cuanto más me contaban Karina e Ingrid, más fascinaba estaba. Por todo esto es que les decía en un principio que me encantó conocer Inka Tienda: porque amo descubrir proyectos coherentes de principio a fin. De oportunistas que en su fachada venden “sustentable” y “regional” y no son más que cartón pintado por el marketing, abunda. De lugares como Inka, que trabaja en pos del comercio ético inteligentemente enclavado en un lugar donde hay mucho de consumo y poco de reflexivo, no hay aún lo suficiente. “Queremos generar consumidores responsables que comiencen a preguntarse qué origen tienen las cosas que compran, qué proyecto están apoyando y cómo impacta en el medio ambiente”, reza su carta de presentación. Los invito a conocerlas y sacar sus propias conclusiones.
Contacto:
Facebook: https://www.facebook.com/inkatienda/
Web: https://www.inkatienda.com.ar/
Instagram: https://www.instagram.com/inka.tienda/
ana
Publicado 12:28h, 20 mayoSuscribo la filosofia de este proyecto. Esta abierto los domingos? Hacen talleres? De a poco quiero integrarme . Vivo en Pilar. Gracias!!