26 Oct Los hongos; un reino para descubrir
Por Diego S. Olivera y Óscar Abraham
Los hongos son seres muy peculiares. Se presentan en esta Tierra en una enorme diversidad de especies (más de un millón; sólo superados por los insectos). Resultan de importancia capital para el desarrollo de la vida en el planeta. Su rol principal es el de convertir la materia orgánica de plantas y animales muertos en materia prima una vez más, para ser incorporada nuevamente al ciclo de creación de seres vivos.
Los hongos son seres cuyo “cuerpo” (la parte vegetativa) suele ser invisible para nuestros ojos. Lo denominamos “micelio”, y su apariencia se puede asemejar a la de una tela de araña oculta en el sustrato; lo que vemos son las estructuras reproductivas, las cuales se desarrollan en momentos particulares del año y a veces durante muy poco tiempo para producir las esporas (el equivalente a las semillas de las plantas superiores), en número de miles o millones. Ese es el momento ideal para diferenciar o identificar a las especies.
Si bien podemos hallarlos en casi cualquier ambiente, las condiciones ideales para su vida y desarrollo suelen darse en el mantillo, los troncos y ramas caídas de árboles y plantas, u osamentas en el suelo de los bosques, donde la humedad se conserva con eficiencia.
Algunos se asocian a raíces de árboles, y este vínculo resulta generalmente en un beneficio para ambos participantes: el hongo y el vegetal. Este es el caso de los hongos de pino comestibles, como Lactarius deliciosus y Suillus luteus.
Otros se complementan con algas y crean líquenes, otro enorme grupo de organismos singulares y necesarios en la trama de la vida.
El tamaño total de un hongo, incluyendo el micelio, varía desde lo microscópico, hasta lo que es considerado el organismo viviente más grande del mundo, el Armillaria ostyae de un bosque en el estado de Oregon, Estados Unidos, llamado comúnmente “hongo miel”. Se estima que tiene una edad de 2400 años, y se extiende en una superficie de 8,9 km cuadrados…
Muchos de ellos son inocuos y comestibles para nosotros, los seres humanos, pero otros pueden ser poderosamente tóxicos, incluso mortales. Por esta razón, si estamos ante una especie que desconocemos, lo mejor que podemos hacer es no consumirla. Algunos poseen sustancias psicoactivas que pueden generar alucinaciones al ser digeridos. Con este tipo de hongos también debe tenerse especial cuidado, particularmente con las cantidades que se ingieren. Las trufas, los champiñones y otros suelen ser un elemento común en diferentes menúes de la gastronomía internacional.
Adentrarse en el mundo de los hongos, su búsqueda y reconocimiento, resulta en un pasatiempo apasionante, que nos ofrece un contacto estrecho con la naturaleza, y nos lleva a comprender sus ciclos, sus cambios, sus formas y…¿por qué no?, con el debido cuidado, ¡sus sabores!
Todas las fotos son propiedad de Diego S. Olivera y Óscar Abraham. Si las utilizás, no olvides citar a su autor.
Para contactar a los autores de esta nota:
Otros proyectos relacionados:
No al Dákar Mazama Destinos Estampas Naturales de la Argentina
Sin Comentarios