02 Sep Ahorrar más, contaminar menos, también dentro del cuarto de baño
El problema
Dentro del hogar, es en el baño donde consumimos la mayor cantidad de agua. ¿Cómo reducir este consumo y, también, disminuir la contaminación de esas aguas que, indefectiblemente, usamos? Repensar la cosmética y los hábitos de limpieza para generar menos basura y evitar químicos innecesarios en nuestro cuerpo.
Usos y hábitos más sostenibles dentro del cuarto de baño.
Los cepillos de dientes no se reciclan con lo cual te sugerimos conseguir de bambú, que son compostables, y desoír las sugerencias de las marcas que te dicen que los cambies cada 3 meses. Los pomos de dentífrico tampoco se reciclan así que si podés, reutilizá su material. Además, siempre recordá:
Los hisopos no son algo bueno para tus oídos pero si decidís seguir utilizándolos jamás los arrojes al inodoro. Tampoco tires por la cañería pelos, toallitas ni ninguna clase de apósito. Por año, 5.000 toneladas de basura que debería ser tirada a un cesto se tira a los inodoros provocando graves consecuencias en el ambiente y económicas.
Más allá de la cosmética, ser sostenible también implica optar por luces de bajo consumo y productos de limpieza biodegradables. Sin ir más lejos, la fórmula bicarbonato de sodio + vinagre es ideal para dejar desde los azulejos hasta la bacha bien limpia y desinfectada. Echás el bicarbonato sobre lo que necesitás limpiar, luego el vinagre, hacés espuma con un cepillo o esponja y dejás actuar entre 10 y 15 minutos y listo. El limón también es un buen aliado para desinfectar y limpiar cualquier superficie, además de dejar rico perfume. Lavanda, eucalipto y el romero también tienen propiedades antisépticas y antibacteriales.
Para hacer desinfectante multi propósito, mezclá 2 tazas de agua, una gotas de jabón natural, y 15 gotas de árbol de te o aceite esencial de lavanda. Usar en pisos, mostradores y cualquier superficie excepto el vidrio.
La polémica en la ducha
No todos en este planeta tienen la dicha de abrir el grifo y poder dejar correr el agua sin pensar en su escasez o en cómo conseguirla significa un grandísimo esfuerzo. No hay que irse a África o India para pensar en cómo es vivir sin este vital recurso. Son miles y miles las personas que no poseen ni red de agua potable y mucho menos cloacas. Por lo general, las más afectadas son las poblaciones aborígenes y las que viven en asentamientos precarios.
Para los que tenemos el beneficio de contar con buenas reservas de agua, el hecho de bañarse es uno de los mayores placeres cotidianos. Sin embargo, este hábito tiene que hacerse, cada vez más, a conciencia. Los baños de inmersión tienen que ser algo muy esporádico y la ducha debe que prolongarse lo mínimo posible.
Para ponerse en el lugar de otros, existe una iniciativa llamada “El desafío de los 4Litros”. Se hará en octubre y propone animarse a vivir durante 24 horas sólo con esa cantidad de agua ¡para todas las cosas que hacemos! Entiéndase, cocinar, limpiar, beber y bañarse. ¿Podés imaginarlo? Es una gran manera de ahorrar al menos por un día al año, y de entender a esas comunidades que deben apañárselas frente a la escasez, siempre.
Sin ponernos tan drásticos, existen muchos inventos para lograr economizar el agua. Por ejemplo, ¿qué tal esta #BolsaDelAgua? Esta especie de regadera plegable permite recoger, guardar, transportar y reaprovechar agua, especialmente para evitar el desperdicio mientras esperamos a que el agua se caliente (3 y 10 litros de agua dependiendo del calentador y de la ubicación del mismo en la casa).
Sólo si los españoles la usaran una vez al día se podrían ahorrar más de 40 mil millones de litros de agua al año. ¡Lo esperamos en América Latina para el año próximo! Mientras, mirá cómo funciona:
También existen duchadores inteligentes y cortinas de baño que te avisan cuando tu ducha se excede de los 4 minutos de duración y te invitan (no tan) amablemente a retirarte:
Conclusión: no a los baños de inmersión. Elegí duchas y reducilas a 4 minutos. Podés usar un balde para guardar el agua que se malgasta mientras esperás que se caliente y reutilizarla en lavar platos, regar plantas y hasta en llenar la cisterna del inodoro.
Le declaramos la guerra al shampoo
Dejar de usar shampoo y reemplazarlo por bicarbonato de sodio y vinagre de manzana puede sonar algo absurdo. ¡Y es que nunca antes nos planteamos pensar en que existen otras alternativas! Pero ¿qué tal si te digo que los productos para el pelo si bien hacen fácil tu lavado, por el otro, son un combo químico que desbalancea el PH natural de tu cuero cabelludo, generándole más grasitud y/o más resequedad y forzando así a usarlos más seguido?
No todo lo que ofrece el mercado es la única manera de hacer las cosas y, por eso, siguen sumándose las experiencias de mujeres que se animaron a probar una manera más natural de cuidar su cabello. El beneficio del bicarbonato es que no absorbe el exceso de aceites naturales de tu pelo en cada lavado por lo que el pelo no se seca ni queda con frizz. El vinagre de manzana es un complemento perfecto porque lo deja sedoso, más manejable y suave (tanto más en pelos secos).
Con esta fórmula Katherine Martinko, una canadiense escritora de Treehuger, estiró el tiempo de lavado de su cabello hasta 5 o 6 días. Al salir del círculo de los productos químicos tu pelo tardará unas semanas en ajustarse, es bueno tenerlo en cuenta para no desistir antes de pasar ese período crítico. El jabón de castilla te ayudará en la transición. Recién para el cuarto día sin lavarlo aparece un poco de grasitud que podés remediar con shampoo seco (maicena con aceite de lavanda).
Lavado eco:
Usar 1-2 cucharadas de bicarbonato de sodio, dependiendo del largo del cabello. Usar 1 taza de agua por cada cucharada. Disolver en un vaso de 500 ml una vez en la ducha, mezclando con un peine. Aplicar en la cabeza, frotar con las manos ayudando a que la mezcla llegue bien al cuero cabelludo y luego baje hasta las puntas (Si sabés que tu piel es sensible, tené cuidado de que no quede en contacto directo con el cuero cabelludo para no irritarlo).
Enjuagar y hacer lo mismo con el vinagre de manzana disolviendo cada cucharada que uses en 1 o 2 tazas de agua tibia. Aplicar y enjuagar casi al instante.
Claudia Siu, de Nicaragua, aplica este método a su manera «mezclo dos cucharadas de bicarbonato de sodio en medio vaso de agua fría y aplico la disolución en el pelo húmedo, masajeándolo”. Por su parte, la británica Lucy AitkenRead no ha vuelto a usar shampoo desde 2012. Tomó la decisión tras leer que “las mujeres se ponen en el cuerpo 515 productos químicos al día y me decidí a evitar todos los perturbadores endocrinos que tienen estos productos».
La transición, otra vez, no fue fácil: pasó por tres meses de pelo horrible, seguidos de dos meses más de pelo regular, “pero ahora es maravilloso”, contó a la BBC Mundo. Lucy usa un lavado distinto: sólo con agua cada una o dos semanas y una máscara de huevo cada once días. Al contrario de lo que pensás, su pelo no tiene mal olor, y luce mejor que nunca. Podés descubrir sus trucos y secretos de su proyecto anti shampoo en su blog Lulastic.co.uk.
Beneficios:
Ahorro de agua.
Evita mandar los químicos del champú al agua.
El cabello recuperar su ritmo normal.
Evita generar basura de todos los envases y ahorra dinero.
El dilema de apretar el botón
El panorama ideal para dejar de usar agua para llevarse nuestros desechos se llama baños compost. Como aún estamos un poco lejanos a esta opción, valga decir que para revertir la media de 50 litros por persona por día sólo en descargas del inodoro podemos poner este truco en la mochila: colocar una botella con agua para que la cisterna no se llene al tope significa un buen ahorro.
Tanto mejor si podés instalar el sistema de doble descarga que incluye dos tipos diferenciados para usar en casa de hacer pis o caca.
Animate a volver tu rutina de higiene en algo más positivo. Si tenés algún consejo para un baño eco, ¡no dejes de compartirlo en los comentarios!
Gabriela
Publicado 01:39h, 06 eneroMe encantan sus consejos, en Salta existe nuna runa kay que es un emprendimiento de productos naturales tales como pasta de dientes natural.
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