10 Abr Reducí tu consumo: claves para evitar comprar de más y acumular
El profesor de Psicología de la Universidad neoyorquina de Cornell, Thomas Gilovich, asegura que gastar en experiencias particulares, como exhibiciones, obras de teatro o viajes, genera felicidad a más largo plazo que gastar en objetos. Las vivencias son más intensas y mejoran con el recuerdo mientras que la satisfacción de poseer algo disminuye drásticamente en cuanto nos acostumbramos a ello. Además, los objetos nunca serán parte nuestra mientras que los recuerdos sí, además, éstps nos dan una mayor conexión con aquellos con quienes los compartimos algo que un objeto no nos podrá dar.
Ahora que sabemos esto, ¿por qué creen que nos empecinamos muchas veces en comprar, regalar y acumular cosas y no experiencias? Una explicación puede ser que para el sistema en el que vivimos es necesario mantenernos consumiendo sin cesar porque es en éste consumo constante e irreflexivo se alimentan las economías y los bolsillos de los empresarios. De allí tampoco es que vayamos a oponernos a un gusto cada tanto. Lo que sí nos interesa, visto que ya hemos hablado aquí de sobra sobre Reciclar y Reutilizar, es empezar a afianzarnos en el Reducir, otra de las patas claves de una vida más sostenible y feliz.
Evitar la saturación de tus placares y alacenas, las compras compulsivas –junto con el consiguiente remordimiento consumista- es posible si se acude al lugar de la tentación sabiendo neutralizar esos trucos que las grandes tiendas y shoppings usan para hacernos comprar aquello que NO necesitamos.
Color: usar color es uno de esos trucos porque es lo que llama la atención del ojo. Así se explica que el rojo se use en las etiquetas con precio, y en los anuncios en general, porque llaman a la acción. Por eso, si ves colorado recordá que no necesariamente tenés que comprarlo aunque esté en rebaja.
Navegación: las tiendas diseñan todo para que debas caminar en medio de cosas que no necesitás para encontrar lo que sí estás buscando. Es importante tener una lista de lo que tenés que comprar antes de meterte en el mercado o shopping e ir directo en su búsqueda para esquivar las distracciones.
El factor táctil: los locales colocan los ítems que quieren vender en lugares de fácil acceso para que te sientas desinhibido y te acerques a tocarlo. ¡No lo hagas! Al tocarlo, tu mente repentinamente tomará posesión del objeto y serás más propenso a comprarlo ¡aunque no lo necesites!
Aromas y Sonidos: la música alegre y familiar te hace sentir de buen ánimo y “como en casa”. Los aromas agradables relajan tu mente y, en ese estado de armonía, sos más propenso a comprar.
Otro buen truco para tener presente y estar alerta antes de caer en las compras innecesarias es investigar antes cuánto cuesta eso que querés en diferentes tiendas on line. Puede pasarte que en el shopping pienses que “eso” está a buen precio sólo porque está junto a otro que cuesta mucho más caro.
Más trucos para evitar comprar lo que no necesitás son:
1. Hacé una lista de todo lo que tenés y ¡eliminá lo que está de más!
Para identificar lo que no necesitás, primero tenés que saber qué tenés, qué te sobra y qué no usás. Por eso tenés que repasar placares, armarios y rincones donde guardes tus pertenencias. Así sabrás lo que no tenés que comprar otra vez y lo que no deberías haber comprado nunca ¡porque jamás le diste uso!
La lista que hagas debe estar dividida en:
Necesité: lo que sabés que usaste diariamente.
Necesité a veces: lo que usaste regularmente.
Quiero: lo compraste porque te gustaba pero que no lo necesitaras verdaderamente.
Innecesario: no sabés por qué lo tenés y seguramente no lo uses nunca. Todo lo que integre esta lista irá a donación, venta o reciclado, ¿ok?
Para las listas de Necesité a veces y Quiero tendrás que preguntarte lo siguiente:
¿Cuándo fue la última vez que lo usé?
¿Cuándo lo usaré nuevamente?
¿Es un ítem que me genera placer o alegría al usarlo?
Si un objeto no te da alegría ni se usa a menudo, recategorizalo en Innecesario y dejalo ir.
Antes de desprenderte de todo lo que está categorizado como “Innecesario” tomate un momento y pensá en todo el tiempo y dinero que invertiste en eso. Finalmente has puesto esfuerzo –o quien te lo regaló lo ha hecho- en conseguir esas cosas que no has aprovechado y toda esa energía podría haber servido para algo que te haya hecho más feliz, ¿no te parece? Procurá reflexionar sobre eso y pensar si te conviene realmente que esto te vuelva a ocurrir.
2. Hacé una lista de todo lo no material en tu vida que te hace feliz
Todo aquella que te alegra y moviliza y no podés comprarlo, va en esta lista (recuerdos de un ser querido, reuniones con amigos o familia, huertear, pintar, hacer deporte, escribir, sacar fotos, conocer lugares nuevos de tu ciudad, cocinar, etc). Guardá esta lista en tu billetera y, cuando sientas el impulso de comprar algo que no estés convencido que usarás siempre, sacala y leelo. Así te ayudará a poner en perspectiva la verdadera necesidad de tu compra.
3. Alejate de las cosas materiales por un tiempo
Si sentís que estás comprando mucho y muy compulsivamente, basta con que elijas hacer un plan lejos de cualquier cosa material. Un día en el parque, un picnic, una caminata en la naturaleza, andar en bici una tarde, son momentos que te ayudarán a demostrarte que para pasarla bien no es necesario estar consumiendo.
Si te tentás esporádicamente pero sentís que es algo superfluo que hacés mecánicamente, podés hacer como hice yo y proponerte pasar un mes sin comprar nada de indumentaria o decoración, o ambas. No sólo ahorrarás dinero sino que te sentirás más libre y relajado. Al menos así me pasó a mi. Suele pasarnos que a veces nos atiborramos de cosas que no llegamos a disfrutar.
4. Antes de comprar algo pasalo por el siguiente cuestionario:
¿Es esta una compra planificada?
¿Terminará en mi lista de “Innecesario” un día?
¿Dónde lo guardaré?
¿Está incluído en mi presupuesto?
¿Por qué lo quiero/necesito?
Las compras impulsivas nos dan ese subidón de gratificación instantáneo y por eso se hace difícil decir NO a una oferta o a tener YA algo lindo y nuevo. La clave, dicen, está en enseñar a nuestro cerebro a esperar para tener una gratificación. ¿Cómo lograrlo? Cuando te quieras lanzar a comprar algo, tomate unos cuantos minutos antes de entrar, hacé pasar a ése objeto de deseo por tu lista “¿Debo comprarlo?”. Tomate unos minutos más y, si realmente ya en frío lo sigues queriendo, adelante. Aunque lo más probable es que al cabo de este momento de reflexión te des cuenta que, realmente, no era necesario.
Si la compra es on line, hacé lo mismo: alejate del celular o computadora un rato (o cerrá la pestaña) y volvé al rato. ¿Todavía lo querés comprar? Bien, sino has evitado adquirir algo sin sentido. ¿Necesitás más trabas para no comprar compulsivamente? bloqueá esos sitios donde sabés vas a encontrar tentaciones o desconfigurá tu Paypal. Otra buena práctica es evitar comprar nada cuando estás hambriento, enojado o te sentís solo o cansado.
Listo, ahora podés empezar a ahorrar dinero, no atiborrarte de cosas innesarias y vivir una vida más centrada en la felicidad que viene de lo sencillo que está al alcance de nuestras manos.
Fuentes: Lifehacker y Revista Poder
Alicia
Publicado 17:45h, 15 abrilHola Mery!!! te comento que yo hace rato que vengo poniendo en práctica este sistema sobre todo con los super, son un vicio que no conducen a nada positivo.
Muy buena tu nota te felicito!!! y te mando un cariño muy grande!!
Día de la Tierra: éste es el planeta que defiendo | Alternativa Verde
Publicado 11:11h, 22 abril[…] que o bien no tienen acceso al agua potable o no tienen agua potable en su zona. Elijamos consumir menos y más responsablemente aunque sepamos que en los shoppings se alimenta la irracionalidad de un […]
Meri Castro
Publicado 16:55h, 22 abrilGracias, Ali! Sí, poco a poco hay que ir saliendo de esas cosas que sabemos que pueden llevarnos a gastar en lo que ni necesitamos. ¡Beso enorme!
Guía de pequeños hábitos para una vida eco | Alternativa Verde
Publicado 10:55h, 21 julio[…] consejo aquí también es no acumular. Que todo lo que se guarde tenga un propósito, lo que no sirva se ponga a reciclar de ser posible, […]