05 Nov Foro de Moda Ética Latinoamérica: vistiendo el cambio

Contarles sobre la marca de zapatos Tonocoté fue la puerta de entrada a  un tema apasionante: repensar la moda en clave ética. Ética que incluye el respeto al trabajador -ayudando a erradicar talleres esclavos y condiciones ilegales en general- y  al ambiente -extrayendo materias primas de manera sostenible y limpia-. Y que incluye una nueva manera de concebir las prendas de vestir sin necesidad de desecharlas cada temporada en una vorágine de consumo sin sentido. Recuperando el valor de las cosas, desde el copo de fibra en un campo lejano, pasando por las manos del costurero hasta su venta.

Un nuevo paradigma está hecho de nuevos ideales que, en una primera fase, requiere una tarea desestructurante, revolucionaria, si se quiere. Por eso contacté a Adriana Marina, del Foro de Modo Ética Latinoamérica y fundadora de Animaná Tradings. Nacida en la Patagonia y formada en Economía, siempre valoró los saberes de la cultura andina, sus secretos y artes. En esta oportunidad, desandamos el derrotero de la moda ética desde el Foro mismo. El debate que ella abre no tiene desperdicio.

¿Cómo surge el Foro? ¿Cuás es su función?

El Foro de Moda Ética Latinoamérica surge mediados del año 2008, a partir de diversas inquietudes en torno a la industria de la moda. Veía que la moda es una herramienta sumamente poderosa: vestirse es un acto cotidiano, comunica, nos vincula socialmente, pero dejada al funcionamiento de las reglas del mercado se hace esquizofrénica: por un lado satisface deseos (que en muchos casos ella misma creó) mientras que por otro lado para competir se desespera por reducir costos convirtiéndose en una industria altamente contaminante y esclavista.
Así, en los primeros años nos fuimos presentando a diversas universidades de Argentina IAE, UP, UADE, CMD, INTI, INTA. También nos presentamos al Gobierno de Perú, Universidades de Perú, y a Asociaciones de Bolivia, organizaciones, cooperativas de artesanos, escuelas de Arte y diseño del Interior. Trabajamos muy duro para instalarnos. En el año 2009 nos presentamos ante la Embajada Argentina de New York y ante la ONU. Con el tiempo fuimos estrechando alianzas y creciendo como red. El objetivo fue siempre abrir la discusión y fuimos creciendo hacia espacios de capacitación, dictando seminarios presenciales y online.

¿Cuáles son los puntos críticos de la moda como industria? ¿Hay indicios de que la moda ética esté empezando a pisar fuerte o está en un grado muy incipiente? A su criterio, ¿por qué urge un cambio?

La moda transmite valores, mensajes, reúne los códigos sociales, comportamiento, toma señales sutiles, secretos. Es un espacio fascinante para trabajar porque finalmente moviliza recursos económicos, creativos, sociales, políticos. La moda se traduce en comportamientos sociales que impactan en la vida diaria. Creo que es un espacio riquísimo para que el hombre manifieste su evolución; no es una vuelta atrás, es un espacio que permite mejorar la calidad de vida de unos y otros.
Muchas personas, como nosotros, están realizando un enorme trabajo para que el paradigma cambie. No es casual que ya sean 830 empresas que forman parte del sistema de empresas B, de las cuales 73 son Sudamericanas y otras 150 están en proceso de incorporarse. Esto habla de un cambio. Nosotros desde Animaná Trading, la empresa social de la que soy directora, somos parte de ese nuevo paradigma y estamos trabajando para que la moda ética pueda tener su lugar.

¿Hay una conciencia de la necesidad del viraje hacia un paradigma más ético y sostenible?

Desde hace ya varios años que se registra un cambio en los patrones de comportamiento de consumo, principalmente en países desarrollados. Ciertamente esto ayuda a favorecer mercados éticos y sostenibles en general. Hay un estudio muy interesante que se hace desde Reino Unido bajo el nombre de The Ethical Consumerism Report, lo vienen desarrollando desde hace más de 5 años y muestra esta tendencia a un consumo más responsable.
Sin embargo, aún falta mucho por contar. Nosotros creemos que uno de los problemas más grandes de la moda ética es su falta de reconocimiento por parte de la opinión pública, lo que favorece a que la información sea incompleta (cuando no, inexistente). Entonces, la conciencia de la necesidad de una moda ética es un hecho, no así la oferta diversificada que ella posibilita.

¿Cómo lograr cambiar hábitos tan ligados a las modas pasajeras? Inclusive cambiar la falta de interés por el trabajador explotado o los amplios márgenes de ganancia de una marca cuando la misma prenda sin etiqueta de renombre sale 4 veces menos. ¿Cómo ser un consumidor responsable de la moda?

Desde el Foro creemos que la información es poder, por lo que el primer paso es el de educar a los consumidores. Comprender que el mercado no nos es ajeno y que cada decisión de compra que realizamos es, en realidad, una elección para el mundo en que vivimos es fundamental para comenzar a cambiar.
En este marco, la invitación es siempre a cuestionarse qué es lo que hay detrás de las marcas, de las etiquetas, cómo se hace la ropa. Si los consumidores pudieran conocer, por ejemplo, sobre el ciclo de vida de un jean y estar al tanto de que anualmente pueden llegar a desperdiciarse cerca de 3400 litros de agua sólo en el lavado de un pantalón, estoy convencida de que esas prácticas se modificarían y que la gente pensaría dos veces antes de lavar sus jeans.
También es importante conocer en qué condiciones se encuentran las personas que confeccionan. Un estudio del Foro nos mostró que la mano de obra recibe sólo el 3% de la distribución del precio al público de una prenda de marca y que ese porcentaje es menor en los talleres informales. Nosotros queremos impulsar una ley para que los trabajadores de los talleres empleados en la producción de ropa tengan una vida digna.
En definitiva, estamos convencidos de que no podemos crear una sociedad de consumo responsable sin conocer estas cosas y hacernos cargo de cómo se produce. Acá las empresas también deberían ser interpeladas a cumplir con su parte, deberían presentar no sólo sus balances sino también datos sobre su impacto social y medioambiental: esta transparencia en la información es fundamental. Los sistemas de información hoy en día hacen que esto no sea tan complicado, pero hace falta voluntad. Nuestra empresa es una empresa B y desde el Foro queremos que todas las empresas lo sean.