03 Abr Deportes y salud natural: consejos de una triatleta
Valga una confidencia, mis queridos lectores: nunca me caractericé por ser una aficionada a los deportes. De chiquita, lo más cerca que conocí al esfuerzo físico fue en las clases de gimnasia del colegio, así que pueden figurarse que no era la gran cosa. El equipo de handball que armábamos era el más flojito, mi logro era marcar al menos un gol al año y mi promedio en esta materia era un 7. Todo da la pauta que, bueno, eso de mover las patitas no me despertaba interés alguno.
Crecí muy feliz y campante aún sin conocer las ventajas de ser parte de un hobby competitivo. Hoy, sin embargo, debo reconocer que que no hubiera estado nada mal tener esa cuota de club/equipo/entrenamiento/deporte en la adolescencia. Son esas actividades que ayudan a fortalecer muchos aspectos positivos en la personalidad de cualquier persona. Pero son cosas que recién empecé a entender hace unos cinco años, cuando viví más de cerca qué era ser deportista y cuánto bien hacía al espíritu y al cuerpo, claro.
Sin dudas, eso se lo debo a Santi, quien con su pasión por correr terminó por contagiarme e introducirme al mundo de las carreras de calle. Ahí vivencié lo que era levantarse temprano para competir, lo difícil que es dominar la mente para llegar a la meta, la disciplina que implica entrenarse, logré ser más consciente de mi cuerpo y su funcionamiento, entendí el compañerismo y la sensación de pertenencia de esa fila de hombrecitos corriendo por la ciudad con un único objetivo: superarse a sí mismos y desafiar los propios límites.
Creo que, al menos para mi, todo tiene que ver con este despertar en mi, con esta claridad que me dan los años (¡aunque no tenga tantos!) y que tiene que ver no sólo con saberse uno con la Tierra, respetarla y seguir sus ciclos, sino también con su consecuencia más natural: reconectando con el mundo termina uno re- descubriéndose a sí mismo.
Es por esto, y por mi creciente admiración por quienes ponen hasta su última gota de sudor en lograr sus objetivos, que voy a dar por inaugurada una nueva sección en el blog: Vida Sana, un espacio donde mostraremos diferentes formas (alimentación, deporte y demás disciplinas) para darnos ese espacio de cuidado personal que nos ayude a conocernos más a nosotros mismos. ¿Qué les parece? Nuestra primera invitada de lujísimo es María Cecilia Almada, triatleta, deportista de cepa y apasionada como pocas.
Conocí a Ceci en una circunstancia muy divertida que ya les contaré. Ahora, repasa para Alternativa Verde esos inicios de su carrera como un derrotero que finalizó casi como por una lógica propia en el triatlón pero que pasó por el atletismo, handball, natación, waterpolo y aguas abiertas. Tantas destrezas se plasmaron en un título de Licenciada en Educación Física con Orientación en Alto Rendimiento, Guardavidas, Instructora de Natación, Preparador Físico en Tenis, entre otras cosas. “Hoy por hoy vivo el deporte en el día a día, trabajo y entreno, y es una de mas mejores decisiones que tome en mi vida, sin lugar a dudas”, dice.
“Desde muy pequeña el deporte fue parte de mi vida y supe desde entonces que era a lo que me iba a dedicar. Siempre tuve el apoyo de mi entorno y esto hizo que todo fuera más fácil”. Con esa convicción, que no es más que su vocación expresándose, Cecilia se dedica al deporte individual y de larga distancia y, desde hace cinco años, al Triatlón.
“Aprendí a conocer mi cuerpo en todos sus estados. Los entrenamientos son extremadamente extensos y uno aprende a convivir con un centenar de sensaciones: cansancio, agotamiento, alegría, felicidad, fastidio, dolor… y son eternas… vas pasando diferentes etapas lo que hace de cada salida una experiencia nueva de vida, de superación”, cuenta.
¿Cómo logra dar el máximo en cada entrenamiento? ¿Cómo logra no bajar los brazos cuando el cuerpo grita basta? “Trato siempre de centrarme en mi, en lo que estoy haciendo en el aquí y ahora. Dejar los problemas de lado y sólo estar en foco. Tarea difícil si las hay. Pero cada vez que me tiro a la pileta, me subo a la bici o salgo a correr, es una nueva oportunidad para seguir creciendo como persona y como deportista. Los valores del deporte te marcan en todos los ámbitos de la vida… Perseverancia, compañerismo, superación”.
La dejo a ella que nos cuente sobre cómo se cuida y prepara para un trabajo que es pura exigencia: “La alimentación es muy importante en la vida de un deportista, es el combustible que permite que el motor se mueva. Uno es en función de lo que come. Llevo más de 12 años sin comer carnes y tengo la certeza de que se puede hacer deporte de mucha exigencia sin el requerimiento de fármacos y haciendo una vida netamente naturista. Esta es mi forma de vida, y no lo concibo de otra manera”.
Para más detalles, nos especifica “la alimentación sana y equilibrada se puede obtener del reino vegetal llegando a niveles muy buenos de rendimiento. Los cambios en los entrenamientos y mi estado físico han mejorado notablemente. Descanso mejor, me recupero de cada entrenamiento de forma más efectiva y me siento saludable”.
Sobre cómo lograr estar motivado y preparado para cumplir una meta a largo plazo, un deportista siempre tiene mucho para enseñarnos: “la superación es el pilar más importante para mi. Saber que me propongo un objetivo y poder cumplirlo de la mejor manera es suficiente. Son meses de preparación muy intensos, a nivel físico y psicológico. La clave está en pasarlos de la mejor manera posible, pensando en superar un entrenamiento a la vez. Cuando te querés acordar, simplemente hiciste todo lo que tenías que hacer para llegar de la mejor manera posible a la línea de largada. Resta que el día de la carrera sea un buen día y poder retirar tu medalla Finisher“.
Por supuesto, llegar al momento en que todo el esfuerzo se juega en unas horas no es poca cosa. Se trata de enfrentar miedos, fantasmas y expectativas y, claro, “lo emocional juega un papel fundamental. Con tranquilidad y equilibrio, queda esperar que sea un buen día. Recordar todo lo que hice para llegar a la línea de largada en óptimas condiciones: tiempo invertido, dinero y esfuerzo físico, para poder cruzar con los brazos en altos y una gran sonrisa la línea de llegada”, aclara Ceci. Y al conseguir lo que se busca “el abrazo de algún ser querido en la meta es el mejor premio que puedo recibir”.
De cara a su próximo gran desafío, nada menos que un Ironman (distancia más larga de triatlón que consta de 3.8 Km de natación, 180 Km de ciclismo y 42 km a pie), la triatleta confiesa que “el deporte es la unión más cercana con la naturaleza. Poder disfrutar del día al aire libre, ya sea nadando en algún río o laguna, correr por espacios verdes, respirar aire puro es la combinación perfecta para sentirme en plenitud”.
Para cerrar, le pedí a Ceci que nos de unos tips para sumar más deporte y alegría a nuestros días, ya que de eso sabe bastante:
Disfrutar del día a día
Alimentación variada e hidratación adecuada
Buena actitud para cada momento del día
Dedicarse al menos 30 minutos del día a una actividad que les haga disfrutar, sentirme plenos y sonreír. Llenar el alma con buenos momentos. Crear el hábito sólo cuesta al principio. Con el tiempo se siente como una necesidad.
mabel
Publicado 11:33h, 04 abrilsoy vegetariana me gusta .. lo que no hago ningun deporte .. que es lo que quiero hacer muchas gracias
MELON ELIDA NOEMI.
Publicado 10:17h, 06 abrilEs exelente tu narración.siempre fui conciente de tu conducta responsabilidad.y estaba segura que lo que te proponías lo lograbas con toda la responsabilida.GRACIAS POR DEJARME COMPARTIR TANTAS EMOCIONES!!!!!!!! Que sigas difrutando con alegría todos tus logros:….. te quiero mucho hijita querida !!!!!!!!