Alternativa Verde | ONGs argentinas buscan salvar al Río Santa Cruz de las represas
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ONGs argentinas buscan salvar al Río Santa Cruz de las represas

Hace dos años, cuando este tema recién comenzaba, desde Alternativa te contamos todas las razones por las que decirle NO a las represas en el Río Santa Cruz. El tiempo pasó pero pocos medios parecen haberse anoticiado de esta obra que está a punto de concretarse. Así la opinión pública (es decir, los ciudadanos argentinos) no está al tanto de lo crucial de esta intervención y de las consecuencias graves e innecesarias que traerán a la naturaleza de nuestro país.

Argentina, como muchos países, aumenta su demanda de energía año a año. Lo que puede ser leído como un buen signo (crecimiento de la industria, mayor consumo de aires acondicionados, mejor calidad de vida, etc) se convierte en una urgencia que empuja a los gobiernos a tomar decisiones poco inteligentes como importar energía o producir más a través de fuentes no fiables, como las represas.

Mi nota en suple Gestión Sustentable del La Razón, de los pocos que ha dado espacio al tema

Las represas en el Río Santa Cruz son un mal negocio empezado por la gestión de Cristina Kirchner que ha pasado al de Mauricio Macri quien, por motivos que quedan poco claros, no ha tenido las espaldas para deshacer el compromiso tomado con China, socio que realizará los trabajos. Así, el tema pasa sin levantar polvareda ni escalar hasta la portada de ningún diario de gran tirada. A esta altura, la intervención en el último río de origen glaciar que fluye libre en Argentina es una amenaza cada vez más próxima.

Hace algo más de un mes, ONGs ambientalistas salieron a alertar sobre la inminencia de este desastre ambiental en plena Patagonia. Banco de Bosques, FARN, Aves Argentinas y Fundación Vida Silvestre empiezan por destacar que ni la Ley Nacional de Energías Renovables (Ley N° 27191) ni la comunidad mundial consideran a las grandes represas como energías renovables. Esto se debe al alto impacto sobre el ambiente natural que generan y a la escasa vida útil por acumulación de sedimentos, lo que las deja inoperables en pocas décadas.
Económicamente no son aconsejables. Según señala Banco de Bosques “tienden a duplicar su costo presupuestado y a demorarse 50% más de lo previsto en construirse”. Es decir, terminan siendo más caras y eso sin contar que, como están planteadas, requerirían aún más dinero porque “para aprovechar el 100% de la energía generada deberían construirse nuevos tendidos eléctricos que se calculan en unos 2.000 millones de dólares”.

Ambientalmente no son aconsejables. Desde Aves Argentinas, Hernán Casañas explica que “perder para siempre una especie como el macá tobiano, de la que somos los únicos responsables, es un costo irreparable”. Además la fauna costera y marina se verá afectada porque los sedimentos que arrastra el río desde los glaciares, y que hacen del estuario un ambiente sumamente rico y biodiverso, dejarán de fluir. Esto a su vez “repercutirá en las aves, mamíferos y peces afectando la diversidad biológica, el turismo y la pesca”.

Generar energía mediante represas para suplir una demanda desmedida que podría abastecerse inteligentemente por otros medios es necio. Más hacer las represas aún sabiendo que emiten dióxido de carbono y metano (generados al pudrirse los organismos vivos que quedan cubiertos por el agua), gases que contribuyen al efecto invernadero, es suicida. Y está comprobado que los embalses son responsables del 7% del total de las emisiones de GEIs (gases responsables del Calentamiento Global y el consecuente Cambio Climático).

Instituciones como el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil afirman que las represas son “la principal fuente antropogénica de metano”, es decir que contaminan aún más que la (también) polémica industria de la carne vacuna. Como si fuera poca prueba, estudios de científicos de diferentes países publicados en la revista BioSciencie, develarom que las represas emiten 25% más de metano por hectárea que lo que se pensaba.
Hay opciones más sanas y más redituables. La misma inversión puesta en energías alternativas producirían 74% más de energía y si, aún mejor, se aplicara “en políticas de Uso Racional y Eficiente de la Energía se podría ahorrar 24% más de energía por año que el que producirían estas represas”. Estos datos los aporta Andrés Nápoli de Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN).
Con todos estos argumentos y fundamentos, queda claro lo que Fundación Vida Silvestre Argentina afirma: “hay que cambiar el foco de la discusión energética, dejar de pensar cómo producir más y empezar a consumir menos”.

Como ciudadanos comprometidos que somos hacer circular esta información es vital. No sólo para que cada persona al menos reflexione y decida si tomar acciones al respecto sino también para que evaluemos nuestra forma de consumir, entendamos que la eficiencia también pasa por los pequeños hábitos y que conversar y proponer también genera cambios en quienes nos rodean.
Podemos frenar las Represas pero debemos actuar ya. ¿Nos unimos?

Todas las fotos son de Río Santa Cruz Sin Represas

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