
Corría el año 2004. Un niño de apenas 7 años estaba en un viaje familiar por un paraje de la comuna chilena de Aysén. ¿Quién le diría al pequeño Diego Suárez que, con la curiosidad típica de su edad más algo innato heredado del amor por la geología de sus progenitores, iba a convertir un simple indicio (unos huesos llamativos hundidos en el suelo) en uno de los hallazgos más importantes de los últimos 20 años de la paleontología mundial y uno de los dinosaurios más extraños descubiertos hasta el momento?
Enseguida sus papás, Manuel Suárez y Rita de la Cruz, se pusieron en contacto con el Dr. Salgado, quien luego invitó a participar al Dr. Novas. Juntos encararon la investigación de este espécimen extinto hace miles y miles de años que fue bautizado como Chilesaurus diegosuarezi y que, concluyeron, se trató de un dinosaurio terópodo herbívoro del período Jurásico tardío que “constituye el primer representante de un linaje hasta ahora desconocido para la ciencia”.
La familia de los dinosaurios terópodos es un grupo que incluye a famosos carnívoros como el Velociraptor, el Carnotaurus y el Tyrannosaurus. “Sin embargo, el cráneo pequeño, la presencia de un pico córneo y los dientes en forma de espátula revelan que el Chilesaurus poseía una dieta completamente herbívora”, explicó uno de los investigadores.
Sus brazos eran robustos, pero las manos solo poseían dos dedos bastante cortos que terminaban en garras ligeramente curvas, lo que indica que no usaba sus manos para capturar animales. “Podría describirse al Chilesaurus como un puma con cabeza de guanaco y manos atrofiadas como las de un Tyrannosaurus rex”, completó el primer autor del artículo.
Su anatomía causa desconcierto entre los paleontólogos, ya que la cadera recuerda a la de los dinosaurios ornitisquios, de hábitos estrictamente herbívoros, y los pies –anchos y provistos de cuatro dedos– son muy similares a los dinosaurios más primitivos conocidos. “El Chilesaurus no pertenece a ninguno de los grupos de dinosaurios terópodos previamente conocidos y constituye un verdadero rompecabezas evolutivo”, sostuvo el Dr. Novas.
Es tan singular este hallazgo que la investigación que derivó de él fue primero publicada el 27 de abril pasado en el sitio web de la revista Nature y, esta semana, fue elegida como portada para el número de esta semana.
El paper, que describe al Chilesaurus diegosuarezi contó con la autoría de un grupo de científicos argentinos, entre ellos, el Dr. Fernando Novas, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en el Museo Argentino de Ciencias Naturales “B. Rivadavia” (MACN); el Dr. Leonardo Salgado, investigador del CONICET en el Instituto de Investigaciones en Paleobiología y Geología de la Universidad Nacional de Río Negro; el Lic. Federico Agnolín, el Lic. Nicolás Chimento y el técnico profesional, Marcelo Isasi, del MACN; y el Dr. Martín Ezcurra de la Universidad de Birmingham.
La lista de autores se completa con los científicos chilenos, Manuel Suárez de la Universidad Andrés Bello; Rita de la Cruz del Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile; Alexander Vargas de la Universidad de Chile; y David Rubilar Rogers del Museo Nacional de Historia Natural del país trasandino.
Si te interesa conocer el esqueleto del Chilesaurus diegosuarezi en persona no podés perderte la oportunidad de verlo el próximo martes 23 de junio a las 11 h en el Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (Av. Ángel Gallardo 490).