Muchas personas -por no decir la mayoría- creen que si sos “ecológica” necesariamente sos vegetariana. No se cómo le funciona al resto pero debo serles sincera: no es mi caso. Por mucho que quiera, cambiar mi dieta aún no es algo que me haya salido naturalmente. Algo sí es cierto, respetar a los animales y querer un mundo más limpio y sano, llevó a que evitar las carnes se vuelva un tema recurrente al que ya no puedo escapar.
Una vez que te enterás de cómo funciona el sistema que se encarga de producir cantidades colosales de carne roja y blanca para alimentar a una población mundial cada vez más y más grande las cosas cambian aunque no quieras. Hacinamiento, uso excesivo de anitbióticos, crueldad y prácticas dudosas (como la técnica de feedlot) son algunos de los puntos que te llevan a repensar tus costumbres alimenticias.
Si a esto le sumamos saber que la industria de la carne es una de las mayores responsables por las emisiones de gases de efecto invernadero y que su producción insume niveles in-sustentables de tierra, agua y energía, bueno, sentir que hay algo que cambiar, aunque sea lentamente, se hace evidente.
Aún así cambiar los gustos tan arraigados desde chica no es fácil. El paladar tira, los menúes imponen y la falta de planificación en la dieta semanal hacen el resto. Ante todo esto, creo que una buena forma de empezar a comer distinto y más sano por mi y por el planeta es sumarme al #LunesSinCarne (#MeatFreeMonday), una propuesta impulsada por Paul Mc Cartney -sí, el mismísimo Beatle- y que sólo consta en elegir un día de la semana para comer vegetales y nada de carnes.
Ése es mi desafío para el día de la fecha: mantenerme lejos de las carnes. Si bien hay días en que de por sí no como carne,-eso que suele ser simple casualidad, hoy lo voy a convertir en propósito. Además, siendo que recién en los últimos años estoy incluyendo y animándome a probar todas las verduras posibles -nada de tener prejuicios sobre los sabores vegetales sin haberlos probado antes- ésta es una buena excusa para seguir en este camino de exploración culinaria natural.
Si vos sos de los carnívoros defensores acérrimos, te desafío también: nadie pretende que dejes las carnes para siempre, sólo que por un día a la semana le pidas una separación momentánea. Si sos de los que cree que una sola y mínima acción de una sola y pequeña persona no cambia las cosas, dejame que te diga: estás equivocado. Muchas pequeñas acciones son la vibración que, de a poco y con constancia, va marcando un nuevo ritmo. Muchas miles de personas dejando de comer carne un día solo a la semana puede ayudar a desacelerar los efectos nocivos de esta industria y si todos dejamos constancia en el sitio de que nos sumamos a esta iniciativa (podés inscribirte aquí), seguramente llamaremos la atención de quienes realmente toman las grandes decisiones con respecto al Cambio Climático para que ellos se comprometan de verdad a cuidar al planeta, sus recursos y todos sus habitantes.
Así como nuestras acciones pueden repercutir negativamente (tené en cuenta este hecho: si todos los habitantes del mundo comieran tanta carne como los países occidentales, necesitaríamos 4 o 5 planetas tierras más) también pueden hacerlo positivamente. Yo me sumo al #LunesSinCarne, ¿vos?
Todas las imágenes son de Meat Free Monday.
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