El mundo necesita que lo cuidemos, claro está. Y necesita que sea pronto, es evidente. En tanto los poderosos se ponen de acuerdo en cómo hacerlo, nosotros, los ciudadanos de a pie, estamos ya activando ideas propias que son las que verdaderamente marcarán un nuevo paradigma. Desde los que empiezan a reciclar hasta los que se suman a redes de protección animal, las acciones que a simple vista pueden parecer pequeñas están formando una onda verde expansiva que abren los ojos para trabajar por un medio ambiente sano y un futuro mejor. Éstos son sólo alguno ejemplos desde Argentina:
1) Plantar árboles para recuperar las sierras cordobesas
Yo planto un árbol se formó tras los incendios que destruyeron buena parte de las sierras cordobesas en 2013. Ante un panorama entristecedor, José del Franco y su novia Cande decidieron no quedarse de brazos cruzados. Pensaron una acción que les permitiera sumar el apoyo de otros y, a base de aprendizaje y especies nativas, recuperar el ecosistema diezmado. Primero se juntaron con especialistas para asesoramiento y luego armaron un plan de acción para realizar la plantación, contaron al diario La Voz.
Siendo dos jóvenes sin conocimientos previos sobre estos temas, empezaron con cautela: “no se trata de plantar por plantar, porque no sirve de remedio ante tal enfermedad. Queremos tener toda la información teórica y técnica para que la acción perdure en el tiempo”. José y Cande fueron paso a paso, organizaron una campaña para armar los plantines para luego hacer una plantación masiva que trascienda las zonas afectadas por las llamas y que se extienda a otros sectores de la provincia que también necesitan ser reforestados.
Lo mejor de Yo planto un árbol es que con la convicción de dos personas y la magia de internet bastó para que pronto fueran cientos los que se sumaran a esta propuesta de reforestación. ¡Otra prueba de que la buena voluntad se contagia! Para conocer la historia completa, pueden hacer click aquí y ver el video. (Aquí un instructivo muy genial de semillas y cómo hacer plantines)
También en Buenos Aires (y estoy segura que en muchos otros lugares) hay grupos que encuentran en la plantación de árboles la clave para dejar un mejor futuro, les recuerdo la historia de Un árbol par ami vereda -les va a gustar -.
2) Convirtiendo baldíos en espacios verdes públicos
Nuevamente es un puñado de chicos los que se pone al hombro la tarea de hacer más eco nuestro mundo, esta vez desde Mendoza. El equipo se bautizó como Gecoe (Generando Conciencia Ecológica) y su trabajo es sencillo y muy poderoso: un vecino avisa o ellos mismos encuentran terrenos o basurales urbanos y se encargan de limpiarlos y parquizarlos para convertirlos en espacios verdes.
Tienen entre 19 y 25 años y se reúnen periódicamente a analizar la situación ecológica de su ciudad, San Rafael, contaron al Diario Los Andes. El impulso surgió de una convocatoria en una universidad, realizada por una organización internacional empresarial que eligió a su proyecto entre otros y les dio orientación así como el “capital semilla” (apoyo económico limitado) para iniciar sus tareas y poner en marcha el proyecto.
Vienen de diferentes carreras (abogacía, ingeniería, obstetricia, relaciones internacionales) pero su amor al planeta es lo que los llevó a poner en marcha una acción distinta, positiva y que, además, ayude a crear conciencia. ”Estamos acostumbrados a tirar basura en los lugares baldíos y es para ello que esta convocatoria es que sin motivo alguno comencemos a limpiar lugares en nuestra ciudad y en algún momento en nuestros distritos“. Por eso, su primer desafío consiste en la limpieza y erradicación de basurales para transformarlos luego en espacios verdes.
Para lograrlo, primero detectan el lugar a intervenir y luego averiguan en qué condiciones legales se encuentra y de qué forma pueden abordar el trabajo. “Vemos si es público o tiene algún dueño. Si es público ya tenemos una autorización municipal y directamente nos ponemos a trabajar. En cambio si el terreno es privado intentamos conectarnos con el propietario y acordar, si se puede, un mejoramiento del sitio para transformarlo en un espacio verde”.
Siendo una organización sin fines de lucro y pensando en la sustentabilidad del proyecto, Gecoe está gestionando la personería jurídica para poder buscar un financiamiento estable. Es que el sembrado, plantación de árboles y colocar juegos para los niños no es para nada barato. Además, el equipo no sólo busca hacer real eso de “Un basural menos, un espacio verde más” sino que apunta a obtener un espacio físico para funcionar y también incorporar un proceso de clasificación de los residuos y montar una pequeña planta de reciclaje para completar el proceso.
Pueden sumarse en www.facebook.com/gecoe o seguirlos en Twitter: @gecoe.
3) La Plaga Positiva
Este lindo grupo “aspira a que Buenos Aires sea una de las ciudades más limpias del mundo y, cansada de esperar, ha elegido un camino mucho más lógico en ese sentido: comenzar a limpiarla”.
Su bio es sencillamente genial: “La Plaga Positiva agrupa a miles de individuos, sólo que hasta ahora sus integrantes no se conocen, no tienen conciencia de su propia entidad y, por supuesto, no se han juntado nunca. Aislados, suelen verse envueltos en frustrantes pequeños conflictos protagonizados por una señora que tira un papel en la vereda o un señor que tira su botella por la ventana. La Plaga Positiva se compone por todos aquellos que aman Buenos Aires y sufren a diario al verla convertida en un gran basurero“.
“Pero, inevitable, el cambio amanece y la acción empieza a germinar”, aclaran, y desde ahí comienzan a escribir este capítulo allá por 2013 y con una sucesión de acciones mensuales simples que irán in crescendo en su ambición. “Cada mes se escoge un espacio público (si es muy concurrido mejor) con el simple objetivo de acudir a él y limpiarlo con sus propias manos”. En busca de seguir demostrando que el ejemplo enseña por sí solo -si es consistente y con convicción, claro- una vez allí se transmite el mensaje a los presentes (que a su vez, lo transmitirán a otros) y, por supuesto, la promoción directa del movimiento.
Si te gustó la idea, podés juntarte el primer domingo de cada mes por la tarde vestido con remera verde, una bolsa y guantes en el lugar indicado. Si te parece que esto es poco o que no te compete porque “no soy de Buenos Aires o tengo otros problemas”, la Plaga Positiva te recomienda: “quizás es hora de crear la Plaga Positiva de tu ciudad/barrio o tu versión de la misma. El éxito de esta iniciativa reside en que todos nos arremanguemos y salgamos a cambiar las cosas de la manera en que podamos hacerlo“.
¡No puedo estar más de acuerdo! Imagínense si cada uno de estos grupos desistiera de hacer su parte sólo por sentirse solos contra la marea… ¡vamos, ánimo! Somos muchos queriendo salvar al mundo, pequeños fueguitos que aún no nos conocemos entre sí pero que vamos a cambiar la historia con el ejemplo, ¡creeme!
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