Cada 29 de abril se conmemora el Día del Animal. No suelo hablar mucho sobre ellos en el blog aún cuando la cruzada por protegerlos es una de las más fuertes del movimiento ecologista. Es difícil abordar una temática tan fuerte y que muy fácilmente puede llevarnos al pesimismo (no faltan las fotos que muestran la crueldad y las prácticas abusivas que aún priman sobre ellos.) Digo esto porque los humanos estamos muy en deuda con el reino animal: les hemos hecho mucho mal, atropellando sus hábitats, relegándolos a tareas esclavas, quitándoles su entorno hasta hacerlos desaparecer. Sin embargo, ante nuestro egoísmo y falta de respeto, ellos siguen resistiendo y siguen demostrándonos que el mundo no es sólo de nosotros, los supuestos animales superiores, y que debemos aprender a convivir.
Los animales siguen respondiendo con amor cuando gran parte de la humanidad a través de la historia no ha hecho más que someterlos, violentarlos o darles vuelta la cara al ver su sufrimiento. Ésa es su mayor enseñanza. Por eso hoy -y siempre- en Alternativa Verde celebramos su vida, su alegría, su sabiduría, su amor, su diversidad, su compañía y todo lo que estos seres maravillosos tienen para enseñarnos. Se me ocurrió que la mejor forma de hacerlo es compartiendo unas fotos de mi cada vez más admirada Anabela Gilardone.
Los animales, criaturas a las que no se les ha dado el don del lenguaje pero que saben comunicar con su mirada. Ellos, que con sus ojos prístinos nos abren su universo, nos comparten sus sentimientos, nos reflejan. Sostenerles la mirada es una buena práctica para entendernos como sus pares, como sus compañeros, para confraternizarnos. Ningún alma sensible puede ser ajena al poder de estas miradas.
Son los amigos más fieles y los compañeros de andanzas cuando somos chicos. Recuerdo cómo en la casa de unos tíos dormía con Fire, la manto negra que más quise en la vida. Mis vacaciones en la quinta eran mi mejor oportunidad para pasárnosla jugando con ella y mi hermano. Pileta, pelota, parque… una amiga como pocas.
No hay mucho más por decir porque quien haya tenido la dicha de tener una mascota o de estar cerca de alguno de estos hermosos seres, entenderá de qué estoy hablando. Sólo basta compartirles mi deseo -que es el de muchos- de que la sociedad siga creciendo en el entendimiento de que los animales merecen nuestro respeto y nuestra protección, de que tener una mascota es una responsabilidad enorme que no puede tomarse a la ligera. De que es mejor adoptar una mascota sin hogar que comprarlos de raza como si fueran un producto de moda.
Me alegra ver que las cosas van cambiando y los conceptos de zoológico o los acuarios al estilo Sea World se ven forzados a adaptarse a una nueva época, una en que la vida de los animales no puede ser puesta a merced del entretenimiento humano a cualquier costo. Deseo con todo mi corazón que ningún ser humano pueda usar animales para testeos de ningún tipo y para que ya no queden personas que puedan maltratar a otro ser vivo por el motivo que fuere.
Como última acotación, y a modo consejo de amigos, si quieren acercarse al mundo de los alados (y sorprenderse mucho) nada mejor que salir a avistarlos con expertos, esta experiencia me cambió mucho la percepción del entorno, de verdad.
¡Feliz día del animal, cada día, a nuestros queridos amigos que hacen de este mundo un espacio mágico!
Todas las fotos son obra de Anabela Gilardone. Para conocer más sobre ella, podés leer acá.
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