En esta oportunidad no les voy a hablar de ecología. Así como alguna vez hicimos un desvío para mostrarles a una banda de música que nos endulza los oídos, hoy les quiero presentar a una chica que hace que el mundo luzca más lindo a través de su lente.
¿O tal vez sea que sabe ver cosas lindas donde los demás no nos detenemos a mirar? No lo se, en todo caso, vayamos directo a las presentaciones y después ustedes saquen sus propias conclusiones. Les presento a Florencia Fusaro, una fotógrafa joven que va congelando el tiempo en imágenes para llevar, guardar y darle un remanso a la vista cada vez que sea necesario.
Florencia recuerda que su relación con la fotografía viene de lejos, tanto que no se puede precisar el momento exacto en que pasó a ser parte de su vida. “Comenzó desde muy pequeña. Siempre tuve curiosidad y la necesidad de capturar momentos. Creo que se nace con esa sensibilidad, y luego con la práctica y la constancia se va haciendo el oficio. Algo muy importante y que no puede faltar, sin duda, pasión. Siempre pasión!!”, se entusiasma.
Lo que queda claro al ver su trabajo es que Flor se divierte haciéndolo y que pone el alma en cada toma. Hace poco que se volcó de lleno a trabajar de esto, que es lo que más ama, porque como pasa en la vida a veces uno tiene que andar otros caminos -que generalmente no son los correctos- para darse cuenta lo que realmente quiere. Fue en 2012 cuando ella notó que quería saber poco de la abogada en la que estaba a punto de convertirse, de leyes que nadie cumplía y problemas que no le incumbían. Entonces cambió los códigos civiles por la cámara y los flashes, y terminó de enderezarse en esta opción de vida: la de remar por hacerse un lugar en esta profesión y la de luchar por trabajar en lo que te apasiona.
Como profesional, Flor está recién dando sus primeros pasos pero en cada imagen que captura, cada vez se nota más cuánto tiene por dar. “Con mis fotos busco transmitir emociones. Busco contar una historia que salga de mi imaginación. Ese es el punto de partida, dónde, cómo y con quién vamos a contar esa historia va surgiendo”, aclara.
Me gusta poder contarles sobre Flor y sus fotos porque quiero mostrar que existen muchas personas apostando a sus pasiones, como el grupo Move, como los diseñadores de Bop Accesorios y tantos otros casos que hemos ido conociendo. Por eso, cuando le pregunto a la fotógrafa responde con toda franqueza: “cuando fotografio siento. Construyo. Amo. No me inspira lo que veo, sino lo que siento, sea positivo o negativo, tengo la necesidad de capturarlo. Es conmovedor cuando la gente encuentra una conexión entre sus sentimientos y los mios. Es mágico crear un vinculo entre mi mundo y el de las personas que retrato, de modo que puedan reconocerse a sí mismos a través de mis ojos. Siempre intento capturar la emoción, encontrar la esencia mas allá de la apariencia“.
Que sirva, entonces, este como otro ejemplo más de que se puede elegir un camino más auténtico con uno mismo, que respete lo que uno busca en la vida. Claro, no será fácil y habrá que ponerle mucho esfuerzo, pero se puede llegar y eso es mucho más reconfortante. Vale la pena intentarlo, créanme.
La humildad, les diría, es otro buen factor para crecer en lo que se hace. Como Flor quien reconoce “me falta todo, y no tengo prisa. Estoy metida en trabajar la iluminación y su correspondiente exposición. La luz es una herramienta de expresión, de hecho la más potente para mí y conocerla es o debería ser una obligación para cualquier fotógrafo, ya sea aficionado o profesional. Y es en este campo es donde más estoy tratando de aprender. Me gustaría hacer una exposición individual y comenzar a hacer cine”.
En una opinión personalísima, encontrar a personas creando un mundo rebozante de placer y buena onda, sea a través de palabras, fotografías, música, baile, o cualquier forma de expresión posible, es maravilloso. Que alguien ponga mucho amor en algo y luego lo comparta, abriéndonos otro mundo posible, y hasta su propio mundo y energía, es algo que no hay que desaprovechar. Por eso, en la cabecera del blog hay una foto de Florencia y por eso comparto su arte siempre que puedo. Por eso quise presentarles a esta porteña de 30 años y lo que ve y pinta con luces y sombras a través de su cámara. Vean mucho más de ella en su fan page de Facebook.
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