Todas escuchamos decir “Feliz día†cada 8 de marzo cuando se conmemora el Día internacional de la Mujer.
Todas sabemos que más que una oportunidad para celebrar nuestra femineidad, es tiempo de hacer visible que aún ser mujer es signo de tratos desiguales, tanto más cuanto más pobre es una sociedad.
Nadie puede ignorar todo lo que las mujeres hemos avanzado en el reconocimiento de nuestros derechos. Sin embargo hay que decir que no siempre el aporte que cada día hacemos en el trabajo, en la vida familiar y en ámbitos diversos es reconocido de la misma manera por la sociedad. Aprovecho este día para honrar a todas las mujeres maravillosas que trabajan a la par que los hombres, demostrando que de débil nuestro sexo no tiene nada.
Desde este espacio, mostramos a las mujeres como lo que somos: valiosas luchadoras que no nos excusamos en ningún prejuicio impuesto para limitar nuestro poder de acción. En el blog te contamos historias como la de Julia Butterfly Hill, la defensora de los derechos de un bosque y Angie Ferrazini, quien fundó el Mercado Sabe la Tierra. Por cierto, quedan tantos otros ejemplos que mostrar. Pero ellas sirven de testimonio de la punta del iceberg de un movimiento que busca volver acción las palabras “cuidado de la ecologíaâ€.
La mujer y la naturaleza van juntas, creo yo. Quién experimenta mejor el milagro de la vida que nosotras, acaso. Nuestro cuerpo nos recuerda cada mes que hay un ciclo de vida aún mayor que cualquier calendario creado por el hombre. Creo que es tanto el poder que llevamos en nosotras que por eso la historia siempre se ha ensañado particularmente en rezagarnos. No que lo hayan logrado, ¿no?
Por favor, no crean que con estas palabras quiero que nadie sienta pena por nosotras ni que nos crean víctimas de nada. Por el contrario, la idea de recordar que hay tratos desiguales por cuestiones de género es sólo para decirles ¡no nos subestimen! ¡nosotras podemos! ¡nosotras somos valiosas! ¡respétennos! No somos sólo caras bonitas o buenas cocineras.
Mírennos dirigiendo países, dirigiendo hogares, haciendo arte, engendrando niños, viajando por el mundo, denunciando a poderosos, haciendo deportes, resistiendo donde las condiciones sociales son más adversas, cuidando la naturaleza como nadie. Yo no quiero que nos digan “Felicidades” una vez al año, quiero que todas las mujeres tengamos posibilidad de ser felices cada día de la vida.
arps
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