Alternativa Verde | La argentina que conjuga arte, moda y sustentabilidad
33271
post-template-default,single,single-post,postid-33271,single-format-standard,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,qode_grid_1300,footer_responsive_adv,qode-content-sidebar-responsive,qode-theme-ver-10.1.1,wpb-js-composer js-comp-ver-4.12,vc_responsive,elementor-default
natalia martinez sagan y su propuesta de moda sustentable

La argentina que conjuga arte, moda y sustentabilidad

El arte, el maquillaje, el vestuario pueden y deben incluir la sustentabilidad y hablarnos de una forma responsable de hacer y ser en el mundo. Tal vez pensemos que son ámbitos poco habituales para dar esta conversación pero la buena noticia es que estamos equivocadxs. Esta charla con Natalia Martinez Sagan quien desde hace 20 años articula su quehacer artístico con prácticas más amigables con el medio ambiente es una muestra fehaciente de ello. Te invito a conocer a esta mujer, artista y activista argentina. 

Natalia es una artista interdisciplinaria que trabaja desde hace una década como vestuarista, directora de arte, productora de imagen y maquilladora. Actualmente vive en Nueva York pero sus orígenes la remontan a Lavallol, en la zona sur del Gran Buenos Aires. Desde allí su alma creativa ya exploraba y se divertía a la par que su interés por la causa ambiental encontraba luchas con las cuales identificarse. 

Historia de una activista  

A los 12 años ya había leído y releído el libro “50 cosas que los niños pueden hacer para salvar al mundo” y presentaba proyectos en la Fundación Ecológica de Lomas de Zamora. Siempre fui la fundamentalista de la familia, me metía en programas de reciclado, me hice socia de Greenpeace a través de mi mamá porque yo era menor de edad. Me traían al centro a charlas de ingeniería forestal en la que yo era la única niña. Voluntarié mucho. mi familia siempre me bancó en todas”, repasa Natalia para mostrar cómo la artista siempre fue de la mano de la ambientalista.   

Al crecer, separar arte y sustentabilidad no era una opción. Como nos ocurre a muchxs, las convicciones no se negocian. Natalia cuenta “Siempre tuve esas dos facetas. De entrada empecé a maquillar y quería hacerlo con productos que no fueran testeados en animales, algo que hace diez años no era tan fácil porque no había mucha disponibilidad en ese sentidoCuando hicel curso de diseño de vestuario, empecé a trabajar con ropa de segunda mano con descarte textil  

asesora de imagen Natalia Martinez Sagan

Del vestuario lo que más me gustó fue la interpretación histórica y el significado sociológico de una prenda de vestir. Fue muy natural porque después me metí en dirección de arte y todo fue parte de expandir el universo. Eso también me llevó a mercados de pulgas, a pedirle a mis amigos aquello que no necesitaran, a levantar cosas por la callelos presupuestos acotados fueron la excusa perfecta para ir acecándose al reuso creativo y perfeccionar la forma de reflotar el potencial de lo que otros consideran un “desecho” 

reuso creativo en moda

Del teatro pasó a transitar la fotografía y trabajó en Planck Estudio en sesiones de fotos y luego en ambientación/producción de eventos. ¡No hay rama artística que se le resista a esta chica! Ahora aplica todo su saber en consultoría creativa enfocándose en el reuso creativoes decir, “en usar lo que ya está allí. 

Aceptando el activismo imperfecto 

Sin embargo, sabemos que buscar trabajar de manera respetuosa del entorno en un mundo capitalista no es algo fácil. Y, eventualmente, puede resultar muy desgastante. En ese sentido, Natalia recuerda “Tuve momentos en que fui muy severa conmigo misma y pensaba que si no hacía todo 100% verde no lo hacía. Hasta que me di cuenta que estamos en un sistema y una estructura que está armado de esa manera y que tiene sus limitaciones. 

 

Yo empecé en el teatro y me formé en comedia musical. Estoy acostumbrada a los presupuestos limitados al estilo “tenemos $500 para vestir 24 actores”. Lo lógico en esos casos era ir a Once* pero como me resistía a caer en eso gastaba más tiempo yendo a ferias de usado, por ejemplo”, relata“Se trataba de no comprometer mis valores en pos de un proyecto. Hasta que entendés las limitaciones y aceptás que si tenés que comprar telas nuevas, las comprás. 

Natalia Martinez Sagan

Foto: Agustina Biagiotti

Una de las enseñanzas que esto le dejó a Natalia es que “hablar de sustentabilidad es netamente contextual”, reflexiona“No existe una única solución para todos, una que todos podamos aplicar por igual. Eso depende del contexto y no me refiero sólo a lo que ocurre de un país a otro sino de la realidad de una persona a otra, incluso” 

Esta artista/ambientalista reconoce que “para los que tenemos esta sensibilidad a flor de piel no es fácil encontrar un lugar funcionando dentro de este sistema que está desde el vamos armado para habilitar y proveer otro tipo de cosas”.   

La clave, dice quien escribe, está en aprender a ser más flexibles con unx mismx y no caer en metas imposibles. Creo que Natalia también aprendió  esto y por eso nunca bajó los brazos a pesar de que nunca falta quien subestima lo que se pueda lograr. ¿Qué cambio se puede lograr desde el arte?”, le suelen decir en tono burlón los descreidos. A lo cual ella asegura “debemos entender que la solución no vendrá desde una esfera ajena o de un sector superior. Todas las voces son necesarias, necesitamos de todos”.  

Y apuntala: “La interconexión entre disciplinas con la sustentabilidad y la economía circular es sumamente necesario porque estamos todos en el mismo bote yendo al mismo lugar y ya sabemos dónde es que está apuntando«. 

Podríamos decir Nueva York es parte de mucho de lo que está mal con la forma de vida consumista. A pesar de ello, empiezan a surgir iniciativas muy buenas. Por su parte Natalia está desde 2018 en proyectos con el Departamento de Sanidad de la ciudad gestionando programas de reuso de materiales textiles y de alimentos. En tanto, otra joven –otra Natalia cualquiera- comenzó rescatando restos de telas que descartan los grandes diseñadores en el distrito textil para ofrecerlos a precios bajos a estudiantes de diseño de indumentaria, por ejemplo. Este proyecto creció tanto que ya tuvo que mudarse a una tienda más grande porque la demanda no para de crecer. Ni la chica de rescatar material.   

Así es que Natalia encontró en la Gran Manzana el mejor sitio desde donde reforzar su cruzada sustentable. ¡Qué lindo conocer a mujeres inspiradoras como ella!  

Pueden seguirla y conocer más de su trabajo en: 

https://www.martinezsagan.com/ 

https://www.instagram.com/martinezsagan 

* Barrio de Buenos Aires donde se compra ropa y telas a precios baratos y en cantidad 

Fuente fotos: @itsdrazzarello

Sin Comentarios

Lo sentimos, el formulario de comentarios está cerrado en este momento.