Alternativa Verde | Primera Planta en Argentina que convierte el aserrín en combustible
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Primera Planta en Argentina que convierte el aserrín en combustible

En este blog si hay algo de lo que hay ejemplos es de que la basura no es tal sino que, por el contrario, es material que aún tiene mucho valor. Basta saber clasificarla para encontrar pallets que pueden ser convertidos en muebles, telas usadas en nuevos bolsos, velas de barco en mochilas, tetrabricks en billeteras, ¡todo es factible de recuperarse! Así, evitamos gastar en materias primas vírgenes cuando no es necesario y contaminamos menos.

Ahora vamos a dar juntos un paso más: los invito a descubrir cómo dos ingenieros argentinos encontraron cómo reaprovechar los residuos de la industria forestal en Misiones. Es decir, cómo tomaron al simple aserrín (que antes solía quemarse para evitar su acumulación) y, a través de un proceso químico, lograron convertirlo en biocarbón, fertilizantes y biocombustibles. Convirtieron en «recurso» algo que antes «sobraba» y que era eliminado generando humo, cenizas y gases que no hacían más que contribuir al efecto invernadero.

Por supuesto, en la situación ideal no habría demasiados de estos residuos forestales porque intentaríamos prescindir al máximo de la industria maderera. Es decir, reciclaríamos y reusaríamos papeles, maderas, y todos sus derivados, para que no haya que talar bosques enteros en busca de estos insumos. Más aún, no existiría tala ilegal, desmonte a diestra y siniestra y, de usarse, las plantaciones serían todas certificadas FSC, absolutamente controladas y con todas las de la ley.

Pero todos sabemos que estamos muy lejos de que la situación sea tal. Mientras tanto, ideas como la del Ingeniero hidráulico Miguel Melnechuk especialista en tecnología de la madera y su hermano Guillermo, ingeniero electromecánico, son más que necesarias. Más cuando no se conformaron con la teoría sino que, con trabajo y un no menor apoyo del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación, lograron convertirse en la primera planta de pirólisis de la Argentina  que funciona en Santa Ana, a 45 km de la ciudad de Posadas, Misiones.

“Cuando estaba cursando la maestría en “Tecnología de la madera” en la Universidad Nacional de Misiones, tomé conocimiento de una empresa incubada en Campinas, en Brasil, llamada Bioware, que estaba trabajando con una planta piloto de pirólisis rápida usando bagazo de caña de azúcar y así se me ocurrió la idea de usar la misma tecnología para el tratamiento de los residuos de la foresto-industria” cuenta Miguel.

Así, en la planta el aserrín que queda de la industria forestal (antes considerado un mero residuo sin valor) se transforma en:

  • Biocarbón que se puede utilizar como fertilizante para los suelos porque actúa como un elevador de pH en suelos ácidos, absorbiendo agua que luego puede estar disponible para las plantas. Además, genera un microhábitat para los microorganismos benéficos del suelo y retiene minerales y carbono atmosférico mitigando el cambio climático.
  • Briquetas de carbón que pueden utilizarse como sustituto del carbón tradicional y que además, entre sus beneficios, cuenta que al quemarse origina menos humo, dura un 50% más y resulta un producto renovable porque proviene de residuos de bosques cultivados.
  • Biocombustible que puede utilizarse como sustituto del fuel-oil petroquímico y a su vez sirve como insumo para la obtención de saborizantes, solventes, pinturas, naftas y otros compuestos. Más beneficios para este hallazgo: no contiene azufre, por lo que al quemarse no emana los gases que ocasionan la lluvia ácida. Con una fracción del bio-oil, en la planta de pirólisis también produjeron extracto de ácido piroleñoso que suele emplearse como insecticida natural y como fertilizante foliar resistente a plagas y enfermedades.

Finalmente, el resultado es haber hallado un tratamiento con tecnología sustentable sin efluentes que permite transformar los residuos en todo un abanico de soluciones que ayudan a la economía sin dañar al planeta. Si esto no es una buena noticia, chicos, no sé qué lo sea. Como siempre digo, ¡ojalá se multiplique esta acción, se esparza, se vuelva la norma! El mundo lo agradecerá..

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